jueves, 14 de enero de 2010

Terremoto en Haití

Estoy viendo, en directo, por internet, las inmediatas y visibles consecuencias del terremoto, del horror, en vivo y en directo, y me pregunto cuáles pueden haber sido los errores para que la naturaleza se haya cebado con los peor preparados.

Me reitero en mi reflexión, "La firma de Dios" y que mi amigo Andrés Tello (Perchelero) se dignó publicar en su blog, antes de que este analfabeto informático fuera capaz de aprender las vocales de un blog.

Creo que fue García Márquez el que decía que "si la mierda tuviera valor, los pobres habrían nacido sin culo".

Estamos viendo, en clase, el pensamiento epicúreo y cómo los dioses, aunque sí existen, no se preocupan de los asuntos de los hombres y apuestan, los epicúreos, por una explicación sólo naturalista de los fenómenos naturales.
Pregunto a los intérpretes teístas, a los que contemplan este mundo como manifestación y efecto divinos, puesto que "ni un pelo de la cabeza se movería sin el permiso de Dios", del porqué del terremoto y sus devastadores efectos manifiestos más los muchos más y mayores que aún no se han manifestado.
-¿Es un castigo?. ¿Precisamente a los bienaventurados porque son los más pobres de todo el continente americano?.
-¿Es un premio?. Supongo que nadie verá la tragedia como la ocasión propicia para rezar y arrepentirse.
-¿Como advertencia?. ¿A quién o a quiénes?.

Me preguntaba y me pregunto por qué el humilde adobe, más natural, o el adulterado hormigón, con demasía de arena y demasiado poco cemento, pero que es más barato, no es "digno" de mantenerse en pie ante el zarandeo sísmico como sí lo es el hormigón antisísmico y demás técnicas constructivas del mundo occidental, generalmente, atea, agnóstica o indiferente religiosa.

¿Estará Dios con y a favor de la riqueza cultural, científica y tecnológica?.
¿Cuáles son las condiciones higiénicas y sanitarias de los haitianos? ¿Funcionan las redes de saneamientos?. ¿Por qué Puerto Príncipe es, junto con Kabul, las ciudades que peor huelen en el mundo?.
Puerto Príncipe es denominada "una cloaca abierta al cielo", nada que ver con las "lujosas" favelas brasileiras.
Los haitianos conviven con las ratas, la basura y los cerdos, con la porquería.
Su vida es la mera supervivencia. La corrupción social y política es tan natural..
Es el paraíso del vudú, de la hechicería, de los que contactan con las fuerza ocultas de la naturaleza... ¡Lástima que no hubieran contactado con las capas tectónicas que mueven y chocan haciendo tiritar a la tierra y que se encontraban bajo sus pies¡.
Los terremotos no son justificables, porque no caen en el campo de la moral, por ello no puede hablase de ensañamiento. Sí son explicables, siempre que no nos salgamos del campo natural.
Esta catástrofe natural, tan puntual, potencia la continua catástrofe política.
Un país tan pobre tan pobre que, por no tener, no tiene ni estadísticas de la delincuencia omniabarcante.
Si el culmen del horror sísmico había sido Nicaragua, con los 20.000 muertos, en los años 70, ahora están hablando de más de 100.000.

Con ese pasado subterráneo, con este presente destruido ¿cuál puede ser la esperanza en un futuro?

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