lunes, 31 de mayo de 2010

EL COPAGO QUE VIENE.

Les recuerdo, lectores, que hace ya algunas fechas lo adelantaba mi abuela. Uno es capaz de aguantar, sobre sus costillas, cierta cantidad de peso pero ¡tánta carga¡.

Hace unos años, de viaje por los Países Bajos, ante la fachada, artística, de un hospital le pregunté a la “guía”, cómo funcionaba allí la sanidad. ¡Me quedé alucinando en colores¡ pero, inmediatamente, pensé que era una buena solución, si no para curar, sí, al menos, para detener la hemorragia.

- Aquí, si alguien va al médico, paga por la consulta. Y cuando va a la farmacia a sacar las medicinas que el médico le ha recetado, las paga. Posteriormente, con las facturas del médico y de la farmacia va al sindicato (os juro que dijo “sindicato”) y solicita la devolución, la cual sucederá, por lo general, a fin de mes devolviéndole todo, parte o nada, según le corresponda.

Leo, en las páginas de Economía de El País, al hablar de la “Sostenibilidad del Estado de Bienestar”, del copago.
Dice en titulares:”La mayoría de los países de la U.E. aplica algún tipo de aportación asistencial del usuario, una cantidad que se abona al ir al médico. Algunos lo ven como un buen elemento disuasorio de visitas innecesarias. Otros creen que entraña el riesgo de expulsar del sistema a los más necesitados. Como medida recaudatoria no compensa”.

Efectivamente, como medida recaudatoria no compensa, porque según la ministra de Sanidad, en el día de hoy, afirma que, con el copago, sólo se recaudaría entre 600 y 700 millones de €.
La factura sanitaria, tanto la de personal como la farmacéutica, está a años luz de estas venidera (y segura) aportación del usuario.
Venir vendrá, porque es necesaria la medida, pero la estrategia electoralista de todos y cada uno de los partidos sabe que proponerla y defenderla tiene un enorme costo electoral.
Entre la sensatez y el beneficio para la nación y el provecho personal y partidario se impone, tristemente, inmoralmente, éste.

Y así con todo.

Estoy seguro que no va a ponerse en práctica de esta manera. Pero imagínense que cada vez que Ud. va al médico paga, sólo, 2 €, y que por cada receta de farmacia paga, sólo, 1 €. Es decir esa visita, innecesaria, le ha costado 5 €. Y Ud. cree, entonces, que es preferible tomarse 2 cañas de cerveza.

¿Que va Ud, a Urgencias porque le pica detrás de la oreja derecha?. Tendrá que pagar, sólo, 10 €. Y Ud. entonces, espera a la mañana siguiente para ir a su Centro de Salud, con su médico de cabecera que, aunque le cobre 2 €, Ud. se ha ahorrado 8.

¿Que Ud. ha solicitado una Ambulancia, aunque sus hijos podrían haberlo llevado o Ud. mismo podría haber ido en su coche?. Tendrá que pagar, sólo, 25 €, poco más de lo que le costaría un taxi.

Y así con todos los servicios sanitarios que Ud. use.

¿Ud. sabe cuál es la deuda de la Sanidad Pública, en estos momentos?. Más de 12.000 millones de €.
Las Consejerías de Salud de las Comunidades Autónomas, cuando hablan a micrófono cerrado, están como locas de que les quiten esa transferencia y maldicen el día que, inconscientemente, la solicitaron y, sobre todo, cuando se la concedieron.
Pero eso lo dicen ahora, a toro pasado, y cuando han chocado con la realidad.

Pero es que “en realidad, hijo mío, (es mi abuela la que habla) no sería un copago auténtico, sino un “repago” (puesto que tú ya pagaste o, al menos, contribuiste con las retenciones que ya te hicieron”.

Un repago que se convierte en copago pero que no es suficiente para pagar el costo de la receta sanitaria.

La media de las visitas al médico, por habitante/año, en toda la U.E. está en el 5,8%. ¿Saben Uds. cuál es el índice español?. El 8,1%. Compárenlo con el 2,8 de Suecia, o el 4,3 de Finlandia, o el 5,6 de Holanda.

Lo curioso es que hoy, excepto I.U. todos opinan que algo hay que hacer para taponar esta sangría. Pero hace un año, en el 2.009, el Congreso aprobó una proposición no de ley que rechazaba el mecanismo del copago asistencial. Hoy todos lo están pensando, pero nadie quiere decirlo porque….

El riesgo es que, debido a nuestra no muy elevada cultura sanitaria, podrían dejar de ir al médico los que, realmente, lo necesitan, por lo que, cuando acudan, la patología esté avanzada y su curación, además de ser más difícil, sea, también, más costosa.

El tiempo en las listas de espera se reduciría, las urgencias no estarían tan colapsadas, el sistema sanitario sería más eficiente, aunque no supondría apenas beneficio económico por su escaso valor recaudatorio.

Ya he dicho que en la U.E., ahora mismo, se usa el modelo de una cantidad fija por consulta, como ocurre en Portugal, o un dinero que se adelanta y luego se reembolsa, todo o parte, como ocurre en Francia, cantidad que varía según sea al médico de cabecera o al especialista pero que anda alrededor de 30€.
En Suecia, por ejemplo, se paga hasta por día de hospitalización.

En España, como en gran Bretaña, hasta ahora, todo es gratis.

Lo que se consigue con el copago o el dinero adelantado por consulta u hospitalización es que el ciudadano perciba que la sanidad cuesta mucho dinero, y que hay que pagarlo, y que si él no paga, nada, habrá que detraerlo de otras partidas, o dar peores servicios, o restringir los mismos.
Funcionaría, estoy seguro, y más en España, como un mecanismo moderador de la demanda, pero, como siempre ha sido una bolsa de posibles votos…

El que no ha funcionado es el sistema alemán, de pagar una cuota fija trimestral, porque, “como ya he pagado una vez, uso y uso y uso…porque tengo derecho a…ya que…”

¿Podría/debería ir la cuota del copago en relación a la renta de las personas?. ¿Y cómo se hace eso cuando, en España, el porcentaje de economía sumergida, debe estar entre el 20 y el 30%?. Pudiera ser que pagaran menos quienes más tienen, saliendo perjudicados los que tienen poco y, además, a la luz.

¿Y si, mensual o trimestralmente, se le enviase a cada ciudadano una factura “meramente informativa” (“facturas en la sombra”) en las que se le informase de lo que ha costado su atención durante ese mes o trimestre?.

¿Funcionaría? O, como en España somos tan chulos: A ver quién aguanta más cubatas, a ver quién aguanta más horas, a ver quién tarda menos en llegar de Málaga a Madrid, a ver quién la tiene más larga, a ver quién…¿Habría hasta competencia a ver quién ha elevado más el costo (aunque nada se haya pagado)?.

Yo, de España, me espero cualquier cosa

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