domingo, 5 de septiembre de 2010

BUENO-MALO, VARÓN-MUJER

Es un lugar común la afirmación de que Oriente y Occidente (división dicotómica o binaria, derecha-izquierda geográfica) son muy distintos en muchos sentidos.
La mentalidad y el concepto de vida son distintos.
La espiritualidad, más ritual en Occidente y más intimista y vital en Oriente.
Pero también el lenguaje es distinto.
En Occidente somos más propensos a incidir en los substantivos, en los sujetos, en lo que permanece, mientras en Oriente tienen más peso, inciden más en los verbos, en la acción.
En Occidente nos movemos entre conceptos y categorías bipolares, en una especie de lógica binaria: verdadero-falso, 1-0.

Virtud-vicio, bueno-malo, justo-injusto, razón-pasión, fecundo-estéril, activo-pasivo, frío-caliente, legal-ilegal, moral-inmoral, dormido-despierto, naturaleza-cultura, abierto-cerrado, espíritu-materia, cuerpo-alma, razón-sentimiento, alegría-tristeza, bello-feo, varón-mujer, tornillo-tuerca, suelo-techo, alto-bajo, caro-barato, fuerte-débil, cielo-tierra, eterno-temporal, ser-nada, matriarcado-patriarcado, dentro-fuera, si-no, culto-lego, integrado-marginado…..(ya me he cansado, pero puedes seguir poniendo conceptos bipolares).

De estos dos polos, uno es positivo, está más y mejor valorado, mientras el otro es negativo.

A lo largo de la historia el macho (sexo biológico) ha hecho suyos los conceptos positivos, los valores y le ha atribuido a la hembra (sexo biológico) los negativos, los disvalores.
Uno, si era macho, debía tener y practicar esos roles (ser frío, activo, racional, fuerte…) y si era hembra debía tener y practicar los otros (ser pasiva, era el sexo débil, sentimental….)
Y esto venía sancionado socialmente, de tal manera que no seguir la norma, no ser como la sociedad había determinado que debía ser, era sancionado negativamente, con las consecuencias anejas a salirse del carril marcado, tanto para él como para ella.

Así han surgido los géneros, el género masculino (varón) y el género femenino (mujer).
Los géneros, pues, no son naturales, (lo natural son los sexos), sino convencionales, temporales, históricos, sociales.

Esto está cambiando, sobre todo últimamente, y la mujer se ha desprendido de ciertos roles, ha roto moldes, hasta ahora asignados a ella, y está desarrollando otros roles hasta ahora exclusivos de los varones.

Todo lo que hace, socialmente, un varón puede ser desarrollado, con la misma perfección, por una mujer.
Ser ministra, catedrática, médica, conductora, camarera, …. no desmerece en nada respecto al ministro, catedrático, médico, conductor, camarero...

Sólo una función (de momento) puede ser desarrollada, exclusivamente, por la mujer y que no puede ser desarrollada por el varón: quedarse embarazada y parir.
¿Quién iba a pensar, hace unos años, que una mujer podía ser madre, sin concurso de varón, por fecundación in Vitro?.
Esto sí que es ser “virgen y madre”, y no la de toda la vida.
¿Quién iba a pensar, hace tan sólo unos años, que un varón, o una mujer, podía alquilar un útero de otra mujer, durante nueve meses, como quien alquila un apartamento, para que en él se desarrolle un embrión y sin que ella ponga, por su parte, nada que no sea la cavidad en que se desarrolle óvulos y espermatozoides ajenos.
Hasta hace muy poco tiempo era ciencia ficción que una persona, huérfana de padre y madre, pueda tener un hermano con sólo recurrir a un banco de semen en el que se encuentran congelados espermatozoides paternos y óvulos maternos, llevar a cabo una fecundación in vitro, conseguir un vientre de alquiler y….
Incluso (teniendo en cuenta problemas genéticos) la propia mujer podría ser madre de su hermano/a.
Todo esto ya es realidad, simple realidad.

Luego, posteriormente, la crianza y cuidados infantiles, pueden ser desarrollados y ejercidos, por igual tanto, por el varón como por la mujer.
De hecho la cada vez mayor implicación de los varones en los roles hasta ahora exclusivamente femeninos es evidente (no tenemos más que mirar a nuestro alrededor).

Se va difuminando esa barrera de separación, hasta ahora tan nítida, entre varón y mujer. Ni él es más marujón, por meterse en la cocina, poner la lavadora, barrer y planchar, ni ella es más machota o machuna, porque trabaje fuera de casa (esto todavía no lo aceptan nuestros abuelos)

Las mujeres seguirán teniendo, en exclusiva, sus órganos genitales característicos, internos y externos; y los varones los suyos, en exclusiva. Pero esto es hablar de sexo, de biología, de naturaleza, no de género, de sociedad, de cultura.

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