jueves, 25 de noviembre de 2010

DESCALIFICACIONES Y ARGUMENTOS.

En los años 80, cuando era más joven aún de lo que soy, Golpes Bajos cantaba “Malos tiempos para la lírica”.
Hoy habría que cantar “Malos tiempos para la ética”.

En este tiempo convulso que está tocándonos vivir, sufriendo muchos y disfrutando pocos, en esta época de pensamiento débil, de conducta líquida, de voluntad voluble y de inestabilidad emocional.
En esta época de pobreza intelectual y de bajeza moral.
En esta época contradictoria, de indigestión publicitaria, en la que nunca ha habido tanta información, tan poco conocimiento y casi nula sabiduría.
En esta época en la que jamás ha habido tantas libertades y tanto control, a la vez.
En esta época de lemas y consignas, que vienen de fuera y que hay que pregonar, para que, mientras se pregonan, se obturen los criterios internos y personales del discernimiento.
En está época de tanto animal bípedo conviviendo con tanto titulado incompetente y tanta persona honrada y competente.

En esta época, ante la falta de argumentos racionales para defender una posición, se vomitan descalificaciones morales.¡Como si ésta pudiera suplir e imponerse a aquellos¡

Un político nunca le dará la razón a su adversario, aunque éste esté cargado de razones, se limitará a descalificarlo.
Es el viejo truco de la política.
“Quítale la razón, si la tiene, pero si no tienes un argumento racional cúbrelo con descalificación moral”.

¿Es que el político no sabe que descalificar retrata al retratista, al que descalifica y no a la persona descalificada?

¡Seguro que no lo sabe¡.

Les tengo muy poco aprecio a los políticos.

¡Fíjense que, a veces, creo que llamar a uno “político” debería ser considerado como un insulto.¡

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