martes, 22 de marzo de 2011

CAMBIO Y CORTO

Me aseguraba mi Presidente que éramos una nación que jugaba en la Champion League y, cuando me desperté, comprobé que jugábamos en la 2ª división.
Que no somos un país puntero, sino un país de correturnos, de contrato temporal y a punto de tenerlo de fin de semana, y lo estamos sufriendo en nuestras carnes. No en valde (balde) nos denominan como uno de los P.I.G.S.

Estamos acostumbrándonos, generalmente, a meter la pata, en política, e, institucional e individualmente, a meter la mano en la caja.
Sanidad no subvenciona mascarillas y “es mucho lo que huele a podrido”.

Hemos sustituido al perro, como el mejor amigo del hombre, por el chivo expiatorio que, voluntariamente u obligado, pero mártir, va a redimir las penas del partido.

Un niño puede decir, con la cara muy alta y orgulloso, que “mi padre trabaja en la PEUGEOT”, mientras otro niño, inocentemente, dice, “pues mi padre trabaja en la P.S.O.E.”

A diario asistimos a la proclama de que “bajar impuestos es de izquierdas”, pero la izquierda, constantemente, me los sube. Y, si me los mantiene, entonces me sube las tasas. Así que “me da igual, que me da lo mismo”. Pero si, además, me congela la pensión, “me jode bien jodido”.

Quienes enarbolaron la bandera de la honestidad y del progresismo eran inconscientes de que dicha bandera es muy sensible, que a veces no ondea, cuando hay viento y otras veces ondea cuando no lo hay, por lo que ya no sabemos qué es ser de izquierdas, ser honesto, ser progresista.

Lo que ayer era injusto, inmoral e ilegal, hoy es todo lo contrario, y nos encontramos en Libia.
Nos dicen que es para que el zorro no siga matando gallinas, pero tenemos la orden de no matar al zorro, sino sólo de apartarlo del corral. Así que, cuando el pueblo libio, se encuentre huérfano de “Padre-Tutor-Líder-Dictador-….” vamos a tener que acogerlo como hijo adoptivo, y esto nos va a costar muchos dolores de cabeza, hasta que sea mayor de edad.

Asistimos a una crisis interna del partido gobernante y a un Presidente del Gobierno en horas bajas o desahuciado, que “se va sin haberse ido o se queda pero no sabe”.
Y ¡oh¡, ingenuidad la mía, que aún me pregunto qué haría yo, en su lugar, ¿cortarme la coleta, tras una muy mala faena o morir en la plaza?.
En una democracia ¿es más ético irse o que lo echen a uno los electores y salir de la escena con la cabeza erguida, aceptando la derrota?. ¿O es mejor no tener que pelear para no exponerse a perder?.

Estoy convencido de que al poder siempre hay que criticarlo. Si lo hace mal, para que rectifique y si lo hace bien, para que lo haga mejor. Pero a mi alrededor me tachan de carca o de progre, según qué.

Cuando era un adolescente leí un libro que, entonces, me gustó, “Cierto olor a podrido”, y hoy huelo la corrupción en tirios y en troyanos, y ninguno lleva mascarilla, porque debe de ser el olor normal y así queda falsado el refrán de que “el que lo huele, debajo lo tiene”. Sólo se le huele el pedo ajeno.

Asisto a un bandolerismo anticatólico, y nadie levanta la voz, para que se respeten las creencias de quienes, libremente, optan por esa fe.
Y, estos mismos que callan, son los que piden respeto a otras creencias, a otras culturas,… aunque violen los Derechos Humanos, pero “en nombre de la libertad de creencias…”.

De las tres Religiones Monoteístas o “del libro” una es genocida palestina y culpables del imperialismo y de la crisis mundial, la otra es paleolítica o, al menos, medieval y, la auténticamente medieval es la más respetada.

Asisto, a diario, al mito del horror de la energía nuclear (porque su primer uso fue bélico) y, estoy con Einstein cuando afirma que “es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.
Y yo, filósofo, convencido de que el paso del Mito al Logos lo habíamos dado, ya, dos veces, con los presocráticos y en la Edad Moderna.
¡Ingenuo de mí¡.

Y toda esta vorágine de ideas y situaciones está girando y girando en mi cabeza, día y noche y está reproduciéndoseme la úlcera de estómago.

Así que cambio de registro.

CAMBIO Y CORTO.

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