domingo, 5 de junio de 2011

NÚMERO SEIS: CONTINÚA EL MITO

Pocos días después del 11-S “gemelo”: “el mundo tiene que saber que no vamos a permitir que se vuelva a repetir con Palestina la tragedia de Al Andalus” (palabras de Ben Laden, felizmente en el paraíso del otro mundo, gozando de no sé cuántas huríes, por obra y gracia del demonio americano, moreno (o negro), al que debería estar agradecido, porque lo ha llevado a mejor vida.

No es que hubiera un lugar en España llamado Al-Andalus, es que (parece ser) lo hay. Es una realidad presente pero que sigue ocupada, como Palestina, y no desde hace 80 años, no, sino desde hace más de 500 años.

Pero es que Al-Andalus no es sólo Andalucía, como creen y afirman los indoctos, no. Al-Andalus también es Galicia, el País Vasco, Cataluña,…. hasta Portugal. Casi toda la península ibérica “es” (no sólo fue) Al-Andalus. Menos Don Pelayo, Favila y el oso asturiano… y pare Ud. de contar, todo lo demás “es”, “sigue siendo”, Al-Andalus.

¿Que por España pasaron iberos, celtas, celtíberos, fenicios, griegos, romanos…?. SÍ, pero…. sólo dejaron “huellas”, “vestigios”, “restos”, “ruinas”, (llámese Mérida, Itálica, Acueducto de Segovia, o nuestro teatro romano). Sólo “huellas”. No como los musulmanes, que nos dejaron un “legado”, el “legado andalusí”, que no es igual. Legado es “herencia” que “heredan” los “herederos”, o sea, nosotros. Y como nos dejan un “legado” en propiedad, esto implica que debemos continuar la herencia.
No es como las “huellas, vestigios,…” que implican “ruptura”, no continuidad.

O sea, que eso de que somos el resultado de la fusión de: Griegos (la Razón), Romanos (Derecho, leyes y sociedad) y Cristianismo (religión). Pura mentira y pura propaganda interesada.

Nosotros somos “andalusíes”.

¡Toma ya¡.

Si Al-Andalus está, todavía, aquí, aunque sólo sea en Andalucía (porque a vascos, gallegos, catalanes, aragoneses,… y demás les entra una risa floja…), no hay que recuperarlo (porque no se ha perdido, porque ya está aquí), sólo hay que “des-velarlo”, “des-taparlo”, “des-cubrirlo” (como la verdad socrática).

De aquellas ciudades, sobre todo las andaluzas, (Córdoba, Granada, Sevilla, Málaga,….) “limpias”, “ilustradas”, “tolerantes”, “armoniosas”,…., por obra y desgracia de los cristianos trinitarios (politeístas), se volvieron “oscuras”, “analfabetas”, “intolerantes”, ….. y de las vegas regadas y fertilizadas, auténticos vergeles, quedaron convertidas en eriales, también por obra y/o desgracia de los cristianos, que trajeron la Inquisición, la guerra (mal llamada Reconquista), la expulsión de los judíos y, finalmente, la expulsión de los moriscos.

Los hombres y las tierras. Todo fue a peor, todo fue una desgracia. ¿Causante y Culpable?, el Cristianismo.

Ya tenemos el mito de Al-Andalus, el Paraíso perdido.

¡Dichosa edad y siglos dichosos aquellos en que convivían, armoniosamente, todas las gentes de las tres culturas y de las tres religiones, y los campos, además de feraces, eran jardines…¡

Ahora, con la llegada de la democracia podremos, finalmente, desenterrar nuestro pasado cubierto, pero vivo, hacer, de nuevo, realidad Al Andalus, la edad de oro de Andalucía (sobre todo). Iniciamos la tercera y definitiva etapa de la Historia de España.

La Edad de Oro, desde el bendito y maravilloso 711 hasta el maldito 1.492.
La Edad de la oscuridad, de la persecución, de la intolerancia, de la exclusión,….desde el fatídico 1.492 y los Reyes Católicos hasta 1.978, la llegada de la democracia. La edad para olvidar en que España fue cristiana.
La nueva y resucitada Edad de Oro, la reaparición de Al-Andalus…

Y el mito, de hipótesis se convierte en tesis que va a servir de teoría explicativa de lo que nos ha pasado, de lo que nos está pasando para, felizmente, desembocar en el paraíso que nos espera.

Armonía entre todos los hombres y vergeles agrarios, frente a “tras siglos de guerras” cristianas y eriales, humanos y rurales castellanos.
Pero eso ocurrirá cuando Al-Andalus se revivifique. Hasta tanto, “África empieza en los Pirineos”.

Nos lo están recordando, constantemente, nuestros inefables Antonio Gala y Juan Goytisolo, islamofilos, tocados por la gracia de Alá, frente a figuras de superior talla intelectual, como Menéndez Pidal y Ortega y Gasset, que insistían en la herencia greco-romana-germánica, considerando a la herencia semítica como no esencial.
“España es el problema. Europa (al Norte) es la solución”. Europeicemos España, dejemos atrás nuestro pasado, embarquémonos en el futuro.
Frente a los que creen que nuestro futuro está en resucitar nuestro pasado, en reislamizarnos de nuevo.

Américo Castro cabalga de nuevo a lomos del mito de Al Andalus. Si Andalucía es un territorio ocupado, recuperémoslo. ¿Cómo?. Empecemos por la religión, fanática y excluyente islámica, y reinstauremos el catolicismo, no el viejo y rancio catolicismo, sino el acorde a los tiempos actuales.

Pero las instituciones andaluzas, empezando por la Junta, “con tanta tolerancia y tanto respeto”, engrasa los engranajes del mito de Al-Andalus apostando por la presencia, en el currículum, de la lengua árabe en las escuelas, para recuperar el Al-Andalus imaginario.

Pero, ¡cuidado¡, que la islamización no tiene sólo sentido cultural y religioso, también tiene su vertiente política, y eso….

Si hubo una demolición del legado andalusí, ¿cómo es que, aquí, tenemos La Alcazaba y Gibralfaro, y aquí, al lado, la Alhambra y el Generalife, y un poquito más allá La Alcazaba de Almería, y al otro lado la Giralda y la Torre del Oro, y la Mezquita cordobesa?
¿Y no construimos, al lado mismo de los monumentos musulmanes, catedrales góticas (aunque alguna nos saliera manca), incluso una, incrustrada en la mitad misma de una esplendorosa mezquita, “sin demolerla”?.
¿Que hubo alguna catedral e iglesia erigida sobre antigua mezquita?. Seguro que sí (por ejemplo, Málaga).
Como seguro que sí se construyó, también, alguna mezquita sobre iglesia cristiana previa (por ejemplo, Córdoba)

Los únicos “musulmanes españoles” que, realmente existieron, fueron los moriscos.
Al-Andalus nunca fue español, porque España, entonces no existía, hasta que los Reyes Católicos….
O sea, que reclamar Al-Andalus es regresar a lo existente anterior a España.

Los “nuevos moriscos” (como gustan llamarse) son, por lo general, “muladíes” (conversos al Islam) y, como casi siempre, suelen ser los más belicosos y los más fanáticos (véanse las Asociaciones Islámicas Españolas o la Universidad Euroárabe de Granada).

Los moriscos fueron españoles, pero nunca hubo un estado morisco.
Al-Andalus era un estado, pero nunca fue español.

Cuando, normalmente, se hace coincidir Al-Andalus con Andalucía, los muladíes deben estar enormemente cabreados por estar restringiendo Al-Andalus a sólo un pedazo de España.

Andalucía es la Bética romana, mucho menos que el Al-Andalus musulmán.

Quizá Blas infante fuera más coherente al querer “islamizar Andalucía” para luego “andaluciar España” y, de aquí “a la humanidad”.

Pregunto por qué si la siempre Gerona ahora es Girona y la siempre La Coruña es, ahora, A Coruña, ¿a qué están esperando los muladíes a llamar Garnata a Granada y Qurtuba a Córdoba y ver las señales de tráfico, por todas las carreteras andaluzas….?

¿Y cómo es posible que nuestra sin par egabrense, la consejera y luego ministra, por aquello de la cuota andaluza, ella, tan sentenciaria que afirmaba que “el dinero público no es de nadie” afirmase que Granada fue “el único lugar del mundo donde pudieron convivir las tres culturas”?
Y descansó.
¿Tras 1.492 de los Reyes Católicos y la Inquisición funcionando?.

“En el principio fue la civilización islámica, después ocurrió el sueño islámico, que comenzó el 2 de Enero de 1.492, y ahora, tras 1.978 y la “democracia coronada” Andalucía va a despertar de su sueño dogmático (nacionalcatólico) y esto,

“Señoras y Señores, esto va a ser la hostia”.

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