martes, 22 de mayo de 2012

LOS MUSULMANES (B)

APORTACIONES CIENTÍFICO-TECNOLÓGICAS.

1.- En MATEMÁTICAS.

En el año 820, en el siglo IX, Al-Jwarizmi, fundador y padre del Álgebra, fue el introductor del sistema de numeración, en vez del uso de letras (como lo hacían tanto griegos como romanos).
Estoy disfrutando enseñándole a mi Santi por qué los números, del 1 al 9 y el 0, tienen la forma o grafía que tienen, por el número de ángulos, y como el 0 tiene esa forma por carecer de ángulos.
Es verdad que tanto el sistema numérico decimal y posicional, así como el 0 lo toman de los hindúes, pero, tras asimilarlo lo perfeccionan. E igualmente ocurre con el sistema sexagesimal, heredado de los babilónicos.
Al-Jwarizmi fue el que introdujo en Al-Ándalus (la España de entonces) la numeración arábiga.
Los números, excepto en las unidades, pierden su valor absoluto, siendo el 2 superior al 9 si, en la numeración, ocupa una posición anterior, en la cadena.
En 29, el 2 son 20 (o 2 decenas) mientras que el 9 es sólo 9.
Igualmente, en 135789, el 1 es el que más valor tiene porque por su “posición” le corresponden las “centenas de millar” y tiene el valor de 100.000.

Esta “posición notacional” sólo es posible si existe un número, una cifra, para el 0, lo que permite distinguir “11” de “101”, de “1.001”,……

Además, con la “notación posicional”. sólo son diez guarismos (término proveniente de A-Jwarizmi) del 1 al 9 más el 0, pudiendo expresar cualquier cantidad, por alta que sea, siendo muy superior a la notación romana, difícil para números altos.

Al-Jwarizmi también introdujo el Álgebra de ecuaciones de primero y segundo grado. Así como haber medido un grado del arco terrestre.

Estoy disfrutando con mi Santi enseñándole a multiplicar 34862 X 67431, como lo hacían los musulmanes, curioso e ingenioso, con cuadrículas cortadas por diagonales.

Otros matemáticos operaron con fracciones que, aunque ya en el año 2.000 a.C. las usaban los babilónicos, y que asimilaron los hindúes, pero no usaban la barra horizontal, separadora del numerador y el denominador.

Aunque la Geometría ya era conocida por los Griegos (rótulo a la entrada de la Academia de Platón: “nadie entre que no sepa Geometría”) y recibieron de los hindúes las naciones de “seno” y “coseno”, los musulmanes inventaron los conceptos de “tangente” y “cotangente”.
Y los números con decimales, separados por la “coma decimal”.
Y la prueba del 9, para comprobar si el resultado de una división, hecha a mano por uno, era correcta o no.
Y la aplicación de la trigonometría a la corrección del calendario de la época, para precisar la sucesión horaria, que serviría para la oración.
Y el reloj de agua, que fue ofrecido por el Califa Harum-al-Rachid al emperador Carlomagno.

En técnica, el uso de palomas mensajeras, como correos rápidos.
La vela latina, triangular, válida para todos los vientos, de cualquier dirección, muy superior a la vela cuadrada de griegos y romanos, sólo útil con el viento de popa.

Las Escuelas de Córdoba, Sevilla y Granada desarrollaron una gran labor matemática, ya en el siglo XII.
Aunque, hay que reconocer, en centro de todo el saber científico musulmán se encontraba en Bagdad, la capital científica por excelencia, con Al-Mansur y, posteriormente, con Al-Mamun, que creó “La mansión de la Sabiduría”, una especie de Academia de las Ciencias.

Hay que reconocer que tanto la ciencia griega alejandrina como la ciencia hindú llegaría a Europa a través de los musulmanes.

2.- En ASTRONOMÍA.

¿Qué fue la Torre de Babel sino la interpretación religiosa (los hombres soberbios que quisieron llegar hasta el cielo y desafiar a Dios y Éste los confundió con las lenguas….) de uno de los múltiples Zigurats de Babilonia, allá por el año 2.100 a.C., dedicado al dios Marduk, residencia de los dioses y templos que servían de observatorios astronómicos para los sacerdotes, los astrónomos.

En Babilonia se desarrolló la Astronomía, la Matemática, el sistema sexagesimal (que sigue vigente como medida de los ángulos y como medida del tiempo.
¿No es una anomalía que, estando el sistema decimal tan extendido y aplicado a casi todo, sigamos midiendo los ángulos y el tiempo sexagesimalmente?

Los babilónicos era un pueblo agrícola y necesitaba un calendario para organizar los cultivos y las cosechas, pero como adoraban a la Luna, su calendario era el lunar.

Igualmente en Egipto. En el amplio edificio su biblioteca se encontraba el Faro de Alejandría (una de las siete maravillas del mundo antiguo). Igualmente en el Museum (lugar de las musas) había un observatorio astronómico, un Zoológico, unos Jardines Botánicos,…
Aristarco de Samos (aunque nunca vivió en Alejandría) es considerado como un astrónomo alejandrino, y, ya en el siglo III a.C. lanzó la teoría heliocéntrica, basándose en el principio de que era lógico que los cuerpos pequeños (Luna, Tierra,…) girasen alrededor de un cuerpo más grande, y no al revés.
Sus ideas no fueron aceptadas y hubo que esperar a Copérnico. Y es que la teoría geocéntrica, aristtélico-ptolomeica (o ptolemaica) era más acorde con los libros revelados.
Egipto, también pueblo agrícola y con sus crecidas periódicas del Nilo, necesitaba un calendario para regular las siembras y las cosechas. Pero como daban culto al Sol, su calendario sería el solar.

Los musulmanes ocuparon éstos y otros territorios, asimilando sus conocimientos astronómicos.

Construyeron Observatorios, sobre todo el de Bagdad, pero también en El Cairo, en Córdoba, en Toledo, en Samarkanda,…ya en el siglo VIII.
Perfeccionaron y rectificaron errores de Ptolomeo y se corrigieron las tablas griegas.
A ellos les debemos tanto la duración exacta del año como la evaluación de la oblicuidad de la elipse.
Pronosticaron las manchas del sol, observaron irregularidades en la superficie lunar y estudiaron los eclipses y la aparición de cometas.
Inventaron el péndulo y el reloj de sol.
Hicieron una reforma del calendario 10 siglos antes de la reforma gregoriana, incluso más exacta.

Uno de los más grandes astrónomos de la Península Ibérica de todos los tiempos fue Azarquiel, “el de los ojos azules”, en el siglo XI, nacido en Toledo pero que tuvo que huir a Córdoba cuando Toledo cayó en manos cristianas.
Azarquiel mejoró el astrolabio e inventó la esfera armilar.
Su mejor obra fue “Las tablas toledanas”. Igualmente creó el “Almanaque perpetuo”.
Afirmaba que la órbita de Mercurio no era circular sino elíptica, 600 años antes que lo proclamara Kepler.

Otro astrónomo fue el polifacético Averroes, que rechazó los epiciclos ptolomeicos (ptolemaicos), siendo la tierra el centro del sistema solar y no el punto ecuante.

Al-Bitruyi, discípulo de Averroes, más conocido como Alpetragius, que en su “Libro de Astronomía” quiso explicar, de forma mecánica, el movimiento celeste, a fin de acabar con la complejidad ptolomeica.

3.- En MEDICINA

Es verdad que el Corán prohíbe la disección de cadáveres, aunque algunos musulmanes, como Avenzoar, practican autopsias a muchos animales y a algunos cuerpos humanos.
Lo que hay que reconocer es la Asimilación y Transmisión de los conocimientos médicos griegos y romanos.
La meticulosa observación de la evolución de las heridas y la cauterización, así como la descripción de la anatomía del ojo y tratamientos de enfermedades oculares (tratamiento de las cataratas), pues la vida en el desierto, con mucho polvo y el exceso de luz los impulsó a esta tarea.
Trataban las fracturas, dislocaciones/luxaciones.
Descubrieron, ya en el siglo XIII, la circulación menor de la sangre, mucho antes que Miguel Servet.

Uno de los grandes cirujanos (si no el más grande) fue el cordobés Abu-I-Qasim (Abucassis) que, además, inventó una gran cantidad de instrumentos que facilitaran las intervenciones quirúrgicas.

La Medicina en la Europa medieval es incomprensible sin la Recopilación, Asimilación, Desarrollo y Transmisión tanto de la ciencia griega y romana como de sus descubrimientos y aportaciones.

Las Universidades de Montpellier y de París no habrían existido si….
Aunque la primera gran escuela médica europea, la de Salerno, florece porque un converso, Constantino el Africano, introduce la pujante medicina que se estudiaba en Túnez.

Por lo general, los buenos médicos estaban al servicio de los Califas, que los retenían y vivían en palacio, disfrutando de un estatus social elevado.
Aunque algunos otros estaban al servicio de la aristocracia y de los mercaderes ricos.
Para el pueblo quedaban los curanderos, los magos, los charlatanes, los sacamuelas, los barberos,…

Ya antes hemos mencionado a AVICENA, quizá el más grande de todos los médicos, cos sus estudios sobre fisiología, higiene, terapéutica, farmacopea (en la que se recogen 760 fármacos).
Mérito suyo es que la Oftalmología exista como ciencia, con su “Memorándum para oculistas”, que no quedaría anticuado hasta el siglo XIX.
Descubre las enfermedades contagiosas y cómo, entre otras la tuberculosis, pueden transmitirse a través del agua o del suelo.
Igualmente descubre y describe las enfermedades cutáneas, las de transmisión sesual, el uso del hielo para el tratamiento de la fiebre.
Introduce la cuarentena como método para evitar el contagio.

Es verdad que la religión musulmana, con algunos de sus preceptos (baños frecuentes, prohibición del alcohol y de la carne de cerdo,…) facilitan tanto la salud como la higiene (nada que ver con las camisas de Isabel la Católica).

Los musulmanes ya conocían los anestésicos, sobre todo la droga procedente de la cizaña, con la que adormecían al paciente para una intervención quirúrgica.
Los hospitales eran construidos con condiciones higiénicas excepcionales, por los que circulaba, libremente, el aire y el agua.

AVERROES, el gran filósofo, también destaca en Medicina, siguiendo el mismo método que había aplicado en Astronomía, oponiéndose a su maestro, (en este caso Galeno) por la discrepancia con su Gran Maestro, Aristóteles.

Otro de los grandes fue RHASES, que describe la viruela y el sarampión, introduce las ventosas y el uso de purgantes, y cuyos manuales médicos, junto con el Canon de Medicina, de Avicena, fueron las bases de las universidades europeas.

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