martes, 17 de julio de 2012

REFLEXIONES CON ORTEGA (3)

ENAMORARSE (3)

Una definición que, a mí, me gusta de la libertad es: “la posibilidad de responder o no responder, con estímulo y sin estímulo”.
Es decir el hombre es el único animal que, con hambre y ante un suculento plato, puede no responder comiendo.
El hombre es el único animal capaz de ponerse en huelga de hambre.

Existen “ilusiones sensitivas” (ves, oyes, hueles,….un estímulo y lo interpretas mal (“ayer te vi. en el paseo del parque por la noche” – “imposible, estaba en Madrid”. Has visto un estímulo (a alguien) y lo has interpretado mal, viéndome a mi. Te has equivocado. Estabas en un error. Pero eso no invalida la normal sensación/percepción sensitiva. Lo normal es no equivocarse, aunque uno se equivoque muchas veces. Lo normal es el acierto.

Eso mismo ocurre con el amor. A veces hay equivocaciones, errores. Pero lo normal es que se ame lo que se desea, a la persona elegida. Lo normal es el acierto.

Pero nunca, nadie, se enamora del físico de una persona. A lo más, se desea ese físico. Incluso uno puede solazarse con él.
Ocurre que en el trato con el físico, en poco tiempo, se percibe, también, su psiquismo, su carácter, su forma de ser. Y aquí ya estamos en el campo del enamoramiento o no enamoramiento.

Mientras el varón puede ejercitar sexo sin afecto y sin entusiasmo, la mujer (aunque también) mucho menos. En ella es más difícil la disociación sexo-afecto (con la excepción de la pornografía pura y dura, en la que sólo el dinero está de por medio).

El varón, cuando se acerca a una mujer, va a ella como a una fiesta, a un frenesí, al éxtasis, a lo que rompe su monotonía, va cargado de expectativas que espera ser satisfechas, y se encuentra que la mujer, menos ilusa, es feliz haciendo lo que hace.

En el mundo animal la selección de macho por parte de las hembras no es transferible a ese otro, también animal, llamado mujer.

¿Cuál es el mejor varón para una mujer?, ¿el genio?, ¿el gran científico?, ¿el talentoso?
En general, los grandes hombres son/han sido sólo eso, unos pobres grandes hombres, pero difíciles de amar y de ser amados, de dejarse amar.
Es raro (a no ser por otros motivos ocultos) que la mujer se enamore de un genio, de un hombre excelente (lo que (con mala intención) llevaría a considerar a la mujer como una persona antidarwinista, al no trabajar a favor de la mejora de la especie humana).
Una mujer que realizara la noble acción de amar a un genio sería negativamente criticada por el pueblo, viendo motivos ocultos de mujer aprovechada, aunque fuera un amor sincero.

¿Es verdad que el alma femenina se cierra hacia dentro mientras que la masculina consiste en darse, creativamente, al público?
¿Es verdad que, en general, la mujer es más hermética que el varón?
¿Por qué ser un “hombre público” es un mérito, un Pro, mientras que la “mujer pública” es degradante?
¿Por qué será que el genio literario epistolar goza de más predicamento en la mujer que en el varón? ¿Tendrá algo que ver con esa alma hermética femenina “aperturable” sólo desde dentro? ¿No es verdad que quien mejor se destapa es quien se encuentra/se ve/se sabe tapada?

Todos sabemos qué es ser madre, ser esposa, ser hermana, ser hija, ¿pero qué es ser mujer?
Cunado el hombre mira a la mujer ¿la ve como mujer o sólo como futura madre de sus hijos, como esposa, como amante?
Si hubo un tiempo en que la mujer era el cotizado premio al vencedor de un torneo, posteriormente, en el mundo social será ella, desde su encanto particular, quien seleccione al varón que, junto a otros varones, concursará, pero no para elegir sino para ser elegido por la mujer.
La mujer sería la manifestación de la causa final aristotélica, que “actúa atrayendo”.

A lo largo de la historia a la mujer se le ha negado la capacidad talentosa, reservada, en exclusiva, para los varones. Porque el talento consiste en una aptitud para crear ciertos productos socialmente útiles: la ciencia, el arte, la riqueza, el poder, las leyes, la técnica, la guerra,…. ¿Cuántas mujeres figuran como talentosas, en este sentido, a lo largo de la historia?
¿Podríamos decir lo mismo, hoy, cuando el clima social ha hecho de la igualdad de los sexos el suelo que pisamos?

¿Podemos, hoy, seguir manteniendo vivo el adagio de que “el varón vale por lo que “hace” mientras la mujer vale por lo que “es”?
Si antiguamente la mujer fue más del “sentir” que del “hacer”, ¿puede, hoy, seguir manteniéndose?

¿Qué persona es más depositaria del “flechazo”, la mujer o el varón (entendiendo por el mismo “la súbita coincidencia entre aquel molde ideal de mujer/varón y esa mujer/varón, pasajeros, que pasan ante el/ella)?

Un individuo, como un pueblo, queda mejor definido por los ideales a los que aspira, que por sus realidades. Los cien pájaros volando (capaces de ser cazados) son superiores a ese pobre pajarillo cazado.

La mujer vendría representada por una flecha, (que indica dirección), mientras al varón le correspondería más el círculo, indicador de reposo.

¿Tienen las almas una forma? El alma de un anciano y el alma de un niño, el de una persona cerebral y otra sentimental, el de una persona magnánima y altruista y la de otra persona pusilánime y egoísta, el alma de una mujer y el alma de un varón…. ¿Cómo pueden ser iguales?

¡En menudo lío interrogatorio estoy metiéndome¡

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