lunes, 8 de octubre de 2012

!OH¡....




Una de las diferencias entre el hombre y el animal es que éste suele lograr todo lo que pretende, porque sólo pretende cosas naturales que les satisfagan.

El hombre, en cambio, siendo limitado, tiene hambre de infinito.

¿Qué es lo que se propone?.

Se propone, por ejemplo, ser sabio o ser justo o ser amante. Y todos estos proyectos, y otros por el estilo, son extranaturales.

Sólo conseguirá realizarlos en una mínima parte.

El hombre, pues, está condenado a la insatisfacción constante, al fracaso.

Ser hombre, de verdad, es, pues, fracasar, morir agotado de correr, sin llegar, jamás, a la meta.

Pero lo importante no es llegar, sino caminar y ser feliz caminando y mientras se camina.

Eso es vivir, caminar disfrutando.

¡Maldita la hora en que la “temible” te eche del camino¡.

 

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