domingo, 27 de enero de 2013

LA MEDIOCRIDAD.


Lo normal y lo anormal. La oveja negra en el rebaño blanco.

Un varón acaba de asesinar a su pareja y cada uno de los vecinos, interrogados, responden: “No me lo creo. Parecía una persona muy normal”.

¿Qué es eso de “normal”?.

Pues como tú, normal, o como yo, normal. Es decir como, estadísticamente, la gran mayoría.

¿Cómo describirías a fulano?.. “Como una persona normal”, es decir, del montón, uno más, sin destacar en nada, casi como intercambiable.

Como si, describir por lo común a todos, fuera una buena definición de una persona.

¿Es lo más propio de cada uno, lo que lo identifica como tal, lo que vale, igualmente, para casi todos?

En sentido sociológico “normal” es la afirmación de “nada extraordinario, nada raro, nada extraño, nada extravagante”

El sociólogo describe con la regla estadística y describe quienes sí y quienes no mean fuera del tiesto. Porque lo “normal” es mear dentro de él.

Lo “normal es lo “ordinario”, lo que se ajusta a la media, lo que no destaca por encima ni por debajo, lo no extra-ordinario.

El “normal” es el Vicente del adagio, el que va, piensa, dice, hace,….lo que todo el mundo.

Incluso, decirle a alguien que no es “normal” puede tomárselo como un insulto, porque él no hace, dice,….  lo que hacen los demás. Él es totalmente imprevisible.

Pero ¿estar en la media, ser mediocre, del montón, uno más, “normal”,… es un valor?

Pero si sociológicamente eso es ser normal. ¿Qué es “normal” médicamente o clínicamente?

-Doctor: ¿cómo tengo el colesterol malo, la presión arterial, la glucemia,…?

Y tras unos análisis el doctor dictamina: “todo está normal”.

¿Qué es lo normal? Lo que está entre unos límites, máximo y mínimo, así considerados por las autoridades sanitarias.

“Normal”, entonces, equivale a “sano”. Y lo “anormal” es “estar enfermo”, lo patológico.

¿Qué es “normal” en Política?: “el no extremista”, el que no se ubica en los extremos, ni extrema derecha ni extrema izquierda.

¿Qué es “normal” en Moral? El que se ajusta al comportamiento aprobado por la sociedad en que vive.

Mientras el sociólogo “describe” un hecho, dónde se ubica la persona, el médico, el político y el moralista “prescriben” (cada uno a su manera) qué hacer para estar sano, para ser ciudadano, para no ser delincuente o pecador.

Lo que “es” y lo que “debe ser”, lo que “hay” y lo que “debe haber”

Lo “normal” es lo bueno y lo “anormal” o extra-ordinario es lo alejado del centro, lo orillado, lo no deseable por la mayoría.

Pero ¿eran Alejandro Magno, César, Jesús, Marx, Voltaire, Picasso, Vicente Ferrer,…”normales”, del montón,….? ¿O eran “anormales”, orillados,…?.

Y es que hay dos tipos de anormalidad: por exceso, los que sobre-salen de la media (todos los anteriores) y por defecto, los que no llegan a la media (imbéciles, idiotas, bordelines, asesinos, maltratadores, pederastas…)

El “anormal” por exceso no se aviene ni se somete a las “normas”, las rompe, las sobrepasa, son rebeldes. Estadísticamente pocos y mal entendidos, no dignos de confianza para los del montón que los rodea.

¿Habrá algún político “anormal por exceso”?  (Omito mi opinión de nuestros políticos para no herir susceptibilidades. Pero ya me dirán Uds. si no es la confesión de corruptos intentar firmar “un pacto para dejar de serlo”).

Porque el ciudadano “normal” es el ordinario, el que cumple con todas las obligaciones legales. Si fuera más allá de lo legal, por exceso, entraría en el ámbito de la moral (desde Los Ángeles de la Noche a las distintas ONGs humanitarias) o de lo religioso (Caritas,….)

Lo “normal” sociológico (descriptivo) no es, pues, lo “normal” sanitario ni moral.

Dice el filósofo Adorno: “La normalidad es la enfermedad de nuestro siglo”.

¿Es la “mediocridad”, el no sobresalir por exceso, ser una oveja blanca más, el no destacar,…un valor, un ideal?

“Todos los hombres somos iguales”

Y, de nuevo, confundimos la “Igualdad de Derechos” de todos los ciudadanos con la “Igualdad de Capacidades”.

¿Qué tendrá que ver lo común a todos, como ciudadanos, con lo privativo de cada uno, sus capacidades?

Todos debemos ser iguales. Que nadie sobresalga, sobre todo por arriba. El lecho de Procusto, el fatídico catre igualador.

¡Guerra a la excelencia¡

Si vemos a qué límites de pobreza, de la mayoría, nos está llevando la “competitividad” capitalista, productiva y mercantil, beneficiosa para unos pocos, ¿también vamos a denigrar, a no permitir, el desarrollo superior de las capacidades intelectuales y morales de las personas, ajustándolas al catre de Procusto?

El rebaño, el querer ser admitido en el grupo, el ser considerado por los demás como uno más, el no sobresalir, el negarse a ser la oveja distinta y distante de la manada…
 
LA MEDIOCRIDAD.

Preferir “estar arropado” a “ser libre”.

Señalar con el dedo acusador al excelente, calificándolo de “engreído”, “creído”, “prepotente”,…

Quien no quiere/no puede ascender por la escalera de la excelencia, removiéndosela a quien intenta trepar por ella.

El acusador y resentido, el incapaz de admirar al superior.

En vez de modelo a imitar, rebajarlo al nivel de la mediocridad.

El mísero que proclama la miseria general como norma, para no tener que pasar por el trance de la comparación.

Que no se le ocurra al excelente mostrar su excelencia, recibirá disparos desde el montón mayoritario de los mediocres.

El mediocre valorando la mediocridad y dictando normas para que todos sean “normales”.

El mediocre no sólo como juez del excelente sino como legislador para todos,

El conformismo como norma

Y que nadie exija al “normal, ordinario” nada extraordinario

El deber del hombre “normal” (de seguir siendo “normal”) versus el deber moral del hombre (de ser mejor, de ser excelente)

El ideal del hombre “normal” es lo menos ideal que pensarse se puede.

Si el hombre, comparado con los demás seres vivos”, es un “ser anormal por exceso” parece que una vez establecida esa “anormalidad” como “norma” ya no debe salirse, sino sólo mantenerse en ella

Si la excepción confirma la regla, el mediocre no quiere reglas, sino “leyes”, para todos, sin excepción.

TODOS IGUALES. TODOS MEDIOCRES.

Piedad para el “anormal por defecto”, que no llega, pero sospecha y crítica al “anormal por exceso”, al excelente...

Se impone la dictadura de “los más”, no de “los mejores”. Y “como somos mayoría, lo queremos de Almería”. Y si el de Almería es ciego o cegato se cumple el Evangelio: “cuando un ciego guía la manada….”  Al precipicio social.

Y me llega a la mente la frase bíblica: "Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueres frío o caliente!. Pero, por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca" (Apocalipsis 3:15).

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