viernes, 22 de febrero de 2013

¿VALOR DE LA DIVERSIDAD?


¿Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino?

Pero… ¿y si tuviera que elegir?

Pues depende de si lo que deseo es llegar pronto al destino o saciar mi hambre.

Quien, en una discusión, tercia con la frasecita del título de este artículo (pero sin interrogaciones) es porque desea no quitarle la razón a ninguno de los dos.

Comparar un jamón con un móvil es una impostura, porque son inconmensurables. Cada uno de ellos no puede ser medido por el otro al pertenecer a dos mundos distintos de objetos: la alimentación y la comunicación.

¿Pan o sabiduría?

Me gusta la anécdota de Federico García Lorca, inaugurando la biblioteca de su pueblo, Fuente Vaqueros, en 1.931:

         “No sólo de pan vive el hombre”. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle, no pediría un pan, sino que pediría medio pan y un libro…. (…..)   Reivindicaciones económicas y reivindicaciones culturales… (…..) …Bien está que todos los pueblos coman, pero, también que todos los pueblos sepan”

Alimento corporal y alimento anímico.

La diversidad es un hecho, no un valor.

Un pintor no es mejor que otro porque use todos los colores.

Igualmente, una sociedad no es más valiosa que otra por ser diversa, sino por disponer y regirse por normas justas, más justas.

¿Por qué va a ser más valiosa una sociedad variada que otra unificada, una sociedad discrepante que otra concordante?

Todo dependerá del valor de sus componentes.

Quien pinta mal no va a hacer bella su pintura por usar todos los colores.

Lo diferente será valioso, o no, pero no por el hecho de ser diferente.

Me recuerda a quien consideraba las faltas de ortografía como expresión de la actividad espontánea del alumno, por lo tanto “riqueza de la escritura”, al ser tan variada.

Como si el caos, por ser caos, fuera más hermoso que el cosmos.

Como si una sociedad de sabios y de analfabetos fuera más valiosa, por ser más variada, que otra de sólo sabios. Y la de honestos y sinvergüenzas mejor que otra de sólo honestos.

Pero el papanatismo ya no sólo proclama que lo diverso es valioso, sino que es igual de valioso.

Como si no fuera más valiosa la circulación correcta en la que todos y cada uno cumplen las mismas leyes de tráfico, código y señales, y la circulación es monótona y uniforme.

Lo diverso puede ser valioso, pero no por el hecho de ser diverso.

¿Cuántos más y más diversos sean los grupos, las creencias, las conductas, las instituciones….es, necesariamente, mejor esa sociedad?,

!Como si el individuo tarambana, botarate y calavera (tan diverso él) fuera mejor que el individuo coherente¡

¡Como si tolerar lo intolerable enriqueciera a una sociedad!

!Como si corregir un error, afear una conducta, descalificar una acción,…..fuera una discriminación a quien los comete

¿No es preferible un “nosotros común” que uno, y otro, y otro, y otro,….?.

¿Por qué la tendencia a la universalidad va a ser peor que la tendencia a la diversidad?

¿No sería mejor que todos aspirásemos a lo bueno?

En otro lugar de este blog he escrito sobre “Culturas superiores y culturas inferiores”.

¿Que hay multiculturalismo?. Es un hecho. Otra cosa es que tenga que ser, “per se”, valioso.

¿No sería más valioso que todos practicáramos la cultura de la no discriminación por razones de sexo, raza, ideología, religión,…

¿No sería más valiosa una única cultura mundial en la que TODOS practicáramos y tuviéramos como ideales los Derechos Humanos?

Aunque parezca dogmatismo decir y defender esto, yo seguiré diciéndolo, haciéndolo y defendiéndolo.

Lo que nunca haré será afirmar que todas las culturas son igual de estimables, aunque eso sea lo políticamente correcto.

En este sentido me declaro políticamente incorrecto.

Los hechos son hechos. Y existen. Pero no, por eso, son valiosos, positivos.

Hecho y valor no se oponen, pero tampoco se identifican.

No es que yo prohíba y persiga a quienes quieran acudir al brujo de la tribu para curarse de una apendicitis y que si se muere es que los malos espíritus….. Lo que me niego es a admitir la misma calidad curativa del brujo que del médico y del cirujano.

No es que yo prohíba y persiga a las culturas, lo que me niego a admitir es considerarlas igual de valiosas a las que defienden la igualdad de varón y mujer, como personas, que a las que defienden la superioridad del varón.

¿Soy dogmático al afirmar que una cultura igualitaria y no discriminatoria es superior a la contraria?

Pues soy dogmático.

Pero, como en otros lugares he defendido yo no identifico “respeto” (a las personas) con “tolerancia” (costumbres, ideas, creencias, gastronomía, vestimenta,…)

¡VIVA LA EXCELENCIA!

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