jueves, 23 de mayo de 2013

PAÍS VASCO (1)


No ha mucho tiempo, el hoy senador por el P.N.V., Sr. Anasagasti, consideraba al País Vasco como un “pueblo irredento”, porque “los Grandes Reyes de la Historia de España, no teniendo en cuenta las peculiaridades de ciertos territorios los aunaron obviando esas diferencias”

Dice, el Sr. Anasagasti, que “no se justifica el nacionalismo que consiste en favorecer la libertad de un pueblo que se organiza oprimiendo a pueblos o a partes de pueblos que, en la nueva estructura, quedan incorporados a su área nacional”.

Creo que es confundir “nacionalismo” con “independentismo”.

Yo, que soy castellano de nacimiento y andaluz de adopción y de corazón, orgulloso de ser castellano y andaluz, por nada del mundo desearía que Castilla y Andalucía se independizaran del resto de España, para ser unas cabecitas de ratón perdidas entra leones (gatos) hambriento.

Y si el Sr. Anasagasti considera al País Vasco como un “pueblo irredento” imagínense Andalucía, históricamente el pueblo más hollado de España y “redimido por todos los que por aquí han pasado, terminando con los “reconquistadores” castellanos y los Reyes Católicos (siglo XV).

Afirma el Sr. Anasagasti que “el pueblo vasco fue demócrata en su esencia y en sus manifestaciones (quizá crea y esté convencido que la “democracia” es genética, heredada, y no una manera de convivir) mucho antes de que se consagrara, en la vida política, el concepto moderno de democracia”, y, de ahí, “el gran valor de la familia como pieza importante del mecanismo de la vida vasca”

¿Qué tendrá que ver la “familia” con la “democracia”, una institución natural y una forma de gobernarse y convivir?

Con una población tan dispersa, en toda esa inmensidad de valles, con sus casonas, alrededor de las cuales se organiza la vida, ¿qué otra institución iba a ser la dominante, sino la familia, con el papel predominante de la madre (matriarcado) más que cualquier otro tipo de comunidad?

Los primeros municipios vascos no eran sino reuniones de familias dispersas, sin servicio común alguno, únicamente con intereses similares al estar ubicados en parajes parecidos.

“La disposición de la nación vasca en regiones (los exentados de Arana-Goiri), sólo unidas episódicamente hasta 1.936, para la resolución conjunta de negocios comunes, la falta de capital del País Vasco, la importancia de la región sobre la capital”

“Las provincias españolas, salvo Asturias, llevan todas, por nombre el de la capital (Madrid-Madrid, Málaga-Málaga,…). Las provincias vascas tienen, las cuatro, nombres propios distintos del de la ciudad más importante”.
Efectivamente. Álava-Vitoria, Vizcaya-Bilbao, Guipuzcoa-San Sebastián, Navarra-Pamplona y, además, Asturias-Oviedo.

¡Vaya un argumento de fuerza¡

PERO, cuando de la histórica Castilla la Vieja, dos provincias se desgajaron, y dicho acontecimiento dio lugar a Cantabria-Santander y Rioja-Logroño… No sé que pensaría el Sr. Anasagasti.

No sé si el Sr. Anasagasti atribuye este fenómeno moderno a la influenza de la cercanía Vasca.

Además, también hay una Rioja Alavesa. ¿Tendrá La Rioja motivos para reclamar la Rioja Alavesa, como parte suya, ya que Álava es la provincia donde menos arraigado está el eusquera, y si no fuera por el terrorismo, de todo tipo,….?

Aunque, conociendo al Sr. Anasagasti (y sin tener en cuenta la opinión que de él tiene Arturo Pérez Reverte) capaz será de lo contrario.

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