viernes, 5 de julio de 2013

EL PROBLEMA DE LA CONTRASTACIÓN.


El método hipotético-deductivo, el de Galileo, el de Newton, el de los científicos, en general, es, al menos teóricamente, muy fácil.

a.- El punto de partida, que son los hechos observados y/o experimentados, pero no hechos puros, sino hechos que plantean un problema. Son hechos problemáticos que piden/exigen ser explicados.

b.- Aplicación de la Inducción (razonamiento “hacia arriba”) intentado una solución mediante la invención o propuesta de una Hipótesis.

c.- Aplicación de la Deducción (razonamiento “hacia abajo”), sacando/deduciendo consecuencias de la hipótesis propuesta. (Si la Hipótesis (2) fuera la explicación de los hechos (1), entonces también debería explicar las consecuencias/hechos (3).

d.- Contrastación de la hipótesis misma (buscando su compatibilidad con teorías ya aceptadas) y sus consecuencias (confrontándola con datos empíricos, que pueden ser observaciones o experimentos). Es así, de este modo, como se pone a prueba la hipótesis. Si la contrastación tiene éxito entones

e.- Confirmación (siempre provisional) de la hipótesis, que se convierte en Ley o Teoría.

No siempre se trata de inventar/proponer nuevas hipótesis. Frecuentemente, las teorías con las que ya se cuenta permitirán resolver el problema.

De los cinco pasos arriba expuestos, el que mayores dificultades presenta es el 5º, el de la CONTRASTACIÓN.

La contrastación (como antes hemos expuesto) es la puesta a prueba de una hipótesis, confrontándola con los hechos.

En realidad, dado que las hipótesis son enunciados universales, no es posible encontrar  en el mundo nada que se corresponda con ellas. Por eso hay que deducir, de las hipótesis, hechos observables y comprobar, luego, que, efectivamente, se dan en la realidad.

Se han propuesto DOS formas de Contrastación:

1.- LA VERIFICACIÓN, la de los filósofos neopositivistas del Círculo de Viena. Según éstos, una hipótesis se considera verdadera si los hechos observados en el mundo están de acuerdo con los hechos deducidos de la hipótesis.

Sin embargo, muy pronto, ellos mismos se dieron cuenta de que no es posible deducir una verificación concluyente, es decir, completa, de un enunciado universal (como son las hipótesis o las leyes).

Por ejemplo. No es posible comprobar qué sucedería en todos los casos en que se tiene mercurio en una cubeta y se introduce en ella un tubo en el que se ha hecho el vacío. Por ello, siempre cabe la posibilidad de que aparezca un caso que contradiga la hipótesis.

Por esta razón, Carnap concluyó que, si bien no se puede conseguir, nunca, la “verificación completa” de una hipótesis, sí se puede obtener una “confirmación PROVISIONAL” de la misma, y ello podría considerarse científicamente suficiente.

2.- LA FALSACIÓN, como forma de contrastación, la propuesta por Popper, debido a las deficiencias de la verificación.

“Una hipótesis puede ser  admitida PROVISIONALMENTE, sólo mientras no resulte refutada/falsada por los hechos.

Por tanto, en la Falsación ya no se trata de buscar hechos que estén de acuerdo con las consecuencias de la hipótesis, sino hechos que estén en oposición con la misma.

Elo valor científico de una hipótesis radica en su resistencia a la refutación o falsación.

Una de las obras de Popper se titula Conjeturas y Refutaciones (1.962). El título indica cómo concibe Popper el método científico: inventar hipótesis (“conjeturas”) lo más audaces posibles –ya que son las que hacen avanzar realmente a la ciencia- y hacer todo lo posible por refutarlas. No es buena señal que un científico se esfuerce por demostrar que sus hipótesis se ven siempre confirmadas; al contrario, debe arriesgarse a que resulten falsas.

Una teoría que no pueda ser refutada por ningún acontecimiento concebidle no es científica.

La irrefutabilidad no es una virtud de una teoría (como suele creerse) sino que es un vicio.

Señala, Popper, además, que, desde el punto de vista lógico, la falsación es correcta, pero no la verificación.

Yo suelo poner el ejemplo de mi nombre:

1.- Si yo me llamo “Tomás” à mi nombre empieza por “T”. Es así que mi nombre empieza por “T”, à……. (por lo tanto nada. No puede concluirse nada. Puedo llamarme Teobaldo, Teófilo, Teodoro,…… En el uso del Ponendo Ponens, es una falacia la “afirmación de consecuente”

2.- Si yo me llamo “Tomás” à mi nombre empieza por “T”. Es así que mi nombre no empieza por “T” à yo no me llamo/no puedo llamarme “Tomás”. En el uso del Tollendo Tollens es una deducción válida/correcta la negación de consecuente.

Pero tampoco la FALSACIÓN está libre de críticas.

Por ejemplo:

1.- El carácter “aproximativo” de la leyes y teorías científica hace que no puedan ser falsadas fácilmente.

2.- En la práctica científica, una teoría casi nunca se considera refutada, sino  que se mantiene gracias a “hipótesis acuciares construidas ad hoc”.

3.- Siempre que se alega un hecho (X) para refutar una teoría (A), tal hecho ha debido ser interpretado desde otra teoría (B). Entonces, se cae en este embarazoso dilema: en esta situación no se sabe qué escoger. Porque, o bien se dice que “x”, interpretado desde B, refuta a A o bien que A refuta la interpretación de “x” hecha desde B.

Por eso, el mismo Popper reconoció que “nunca podemos obtener una refutación concluyente de una teoría”

En Conclusión: La contrastación con la experiencia no permite nunca, de un modo definitivo, considerar una hipótesis como “verdadera”. Todo lo más, permite considerarla como “aceptable”, de momento,

 

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