viernes, 27 de septiembre de 2013

1.- EL RENACIMIENTO


 
Uno de los tres períodos de la Historia por mí preferidos, junto a las Ilustraciones (la griega, del siglo V a.C. el siglo de Pericles, y la europea, del siglo XVIII, el siglo de las luces.

La primera pregunta que, siempre, surge es el “cuando”. Desde “cuando” hasta “cuando”. Cuáles son sus límites cronológicos. Y es difícil, o mejor, es imposible trazar la línea divisoria y marcar el punto exacto en que termina la Edad Media y comienza la Edad moderna.

Con el Renacimiento ocurre como con las etapas psicológicas de las personas.

Hay personas que a los 16 años son “mayores de edad”, mientras hay personas que, a los 21, siguen siendo unos inmaduros, incapaces de tomar decisiones propias y responsabilizarse de ellas, a pesar de que la ley diga que el punto exacto son los 18 años.

¿Quiere decir que el día anterior “todavía no” y al día siguiente “ya sí”? Legalmente así es. En la realidad no.

Siempre he dicho que el Renacimiento es como el tejado de una casa a dos aguas. No es un “salto”, es un “período”.

Período durante el cual va dejándose de pensar de una manera (medieval) y se prepara un modo nuevo de pensar (moderna).

Para algunos comienza en el siglo XIV y termina en el XVI. Otros, sin embargo, lo alargan hasta el XVII.

Para algunos el siglo XIV es “la culminación de la Edad Media”, para otros es “la ruptura y el abandono de la Edad Media”.

En Historia Universal suelen señalarse como acontecimientos destacados:
1.- La invención de la imprenta (1.443).
2.- La caída de Constantinopla y el fin del Imperio bizantino (1.453).
3.- El descubrimiento de América (1.492).
4.- La rebelión de Lutero (1.517).
5.- La apertura del Concilio de Trento (1.545).

En la Historia Particular, cada nación tiene sus fechas preferidas: 1.- Alemania (el advenimiento de la casa de Austria: 1.438). 2.- Francia (con Luis XI: 1.461). 3.- España (con los Reyes Católicos (1.474) o la conquista de Granada (1.492). 4.- Inglaterra (el advenimiento de la Casa Tudor: 1.485)

Todas estas fechas coinciden en no prolongar la Edad Media más allá del siglo XV.

En Filosofía, en cambio, mi profesor de Historia de la Filosofía, proponía, como fecha aproximada, la muerte del Cardenal Nicolás de Cusa (1.464), en el que concurren, por una parte, su vinculación  a la Edad Media y, por otra, su significado humanista.

Por otra parte, las primeras manifestaciones literarias del humanismo se inician con Petrarca, un siglo antes, en la corte pontificia de Avignon, además de que la labor de recuperación de los documentos literarios y filosóficos de la antigüedad estaba prácticamente terminada en la fecha en que muere el cardenal Nicolás de Cusa.

Para mí, por supuesto, que no. Quien agujereó el castillo medieval, cultural, en general, y filosófico, en particular, fue Guillermo de Occam, en el siglo XIV, quien cambió el castillo monopolístico medieval por el palacio renacentista, de más amplitud, y en el que cabían más sensibilidades. Acaba con la “armonía” fe-razón, tomista, sustituyéndola por la “separación” entre ambas. “Lo que se sabe, no se cree; lo que se cree no se sabe”. Abriendo el campo a otras creencias, siempre indemostrables, y abriéndolo a las ciencias, con la razón y la experiencia, siempre verificables o falsables.

Occam fue, para mí, quien abandonó la querencia medieval y comenzó a trepar por el nuevo tejado, de la nueva filosofía, con un ambiente efervescente, cuya 2ª agua caería y facultaría la Ciencia y la Filosofía modernas, así como la presencia de otras opciones religiosas y políticas.

Y cuando me refiero a Occam incluyo a toda la Escuela Occamista.

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