jueves, 21 de noviembre de 2013

1.- EL HOMBRE: ¿ANIMAL RACIONAL?.


¡Qué suerte que somos racionales!, pero ¡qué pena que no seamos más inteligentes!

¡Qué suerte que discurrimos!, pero ¡qué pena que no seamos más intuitivos!

¡Qué suerte que podamos ir y avanzar de verdad en verdad, deduciendo una verdad de otra anterior en una cadena de razonamientos!, pero ¡qué pena que no podamos “Intus-légere”, leer desde dentro, leer el interior, descubrir la verdad de golpe, al momento, intuitivamente, sin tener que dedicarle tiempo alguno!

“Razonar” será, pues, llegar a ese dentro pero desde fuera, tras varios pasos, escalones, eslabones. Descubrir la verdad “dis-curriendo”, corriendo de una verdad a otra hasta llegar al final.

¡Qué poco inteligentes somos!, menos más que, al menos, somos racionales.

Dios (si existe y es persona) no puede ser “racional”, imperfecto, tiene que ser “inteligente”.

“Noesis noeseos noesis” –lo definía Aristóteles. Pura y suma Inteligencia.

Pero no me refiero a la “inteligencia práctica”, que también la poseen los animales, y cuanto más altos estén en la escala zoológica más inteligentes son, más y mejor resuelven y dan solución a los problemas (en eso consiste la inteligencia, según J. A. Marina, en “resolver problemas” y nada que ver la inteligencia de un chimpancé o de un gorila con la “tontez” de una gallina o de un canario.

Me refiero a la “inteligencia teórica” (“theos: Dios, à inteligencia “divina”, pues se parece a ella.

Me refiero a la cultura, a la ciencia, a la religión, a la filosofía, a la poesía, a las creaciones artísticas

Nosotros tenemos muchas intuiciones sensibles, pero muy pocas intuiciones intelectuales,

La razón, el razonar o discurrir, no es libre para hacerlo de cualquier manera o como a uno le dé la gana, de manera discrecional, sino que tiene que haber coherencia entre el punto del que se parte y el punto al que se llega.

Yo puedo afirmar, categóricamente, que si “esta figura geométrica tiene tres lados” (Verdad de la que se parte) entonces “dicha figura geométrica es un triángulo” (verdad a la que, coherentemente, se llega).

Pero yo no puede partir de la verdad “Tomás Morales está jubilado” a esta otra “Tomás Morales es una persona rica”. De la primera Verdad no puede concluirse la segunda, no hay coherencia entre una y otra.

La razón está sometida a unos principios y tiene que atenerse a ellos para hacerlo racionalmente, coherentemente.

Son principios o axiomas lógicos, que rigen entre las ideas, pero también son principios metafísicos, que rigen en el mundo de los seres reales.

Estos principios son 4. Los 3  primeros fueron dados por Aristóteles y el 4º por el filósofo alemán Leibniz.

1º.- Principio de Identidad.

Se expresa, lógicamente, así: A es A (A = A) (“un triángulo es un triángulo”), una idea es igual a sí misma.

Y metafísicamente: “una cosa es igual a sí misma” (“la mesa es la mesa” o “el hombre es el hombre”), aunque el segundo miembro pueda expresarse de otra manera: “mueble que puede usarse para comer, escribir,…” o “el único animal que ríe”

2º.- Principio de Contradicción (o de No Contradicción).

Lógicamente se expresa así: “dos juicios, de los cuales uno afirma y otro niega lo mismo, no es posible que ambos sean verdaderos”

Si afirmo que “cuatro es igual a cuatro” y “cuatro no es igual a cuatro”, es imposible que ambos sean verdaderos.

O, metafísicamente “esta mueble es una mesa” y “este mueble no es una mesa”, es imposible que este mueble sea ambas cosas

3º.- Principio de Tercero Excluso (Tercero Excluido)

Lógicamente se expresa así: “cuando tenemos dos juicios contradictorios como “A es B” y “A no es B” no se da una tercera posibilidad. O es o no es. (Es la proposición disyuntiva exclusiva que, espero, mis antiguos alumnos se acuerden de ella. Si una es V àla otra es F, y si una es F à la otra es V. Y no hay posibilidad de una tercera posibilidad.

Una de las dos tiene que ser V porque las dos no pueden ser F.

“Esta cantidad es 4 o no es 4”.

“Este mueble es mesa o no es mesa”.

En la Teoría de Conjuntos se afirma que “entre un conjunto A y su complementario –A agotan toda la extensión”

“Este animal o es elefante (dentro del conjunto A) o no es elefante (dentro del conjunto –A)

4º.- Principio de Razón Suficiente.

Fue propuesto por Leibniz.

Lógicamente se expresa así: “para nuestro pensamiento sólo son verdaderos aquellos conocimientos que podemos probar basándonos en otros conocimientos reconocidos como verdaderos”. La conclusión, para ser verdadera, tiene que estar fundamentada, tiene que tener una justificación.

¿Por qué razón deduces  la verdad “45” de la verdad “57 + 3 – X”?

O, metafísicamente, “todo ser existente tiene que tener una razón suficiente para existir”, Es decir si existe, es por algo, por alguna razón, no por cualquier razón, sino por una razón suficiente,

(El Principio de Causalidad se ha restringido. Si yo afirmo que “todo efecto tiene que tener una causa” este principio vale mientras nos mantengamos en el mundo de la experiencia, cuando se aplica entre fenómenos o hechos de experiencia: “barra caliente” y “fuego”, “calle mojada” y “lluvia”. Pero no puedo aplicar este principio a una causa sobrenatural (“está caliente la barra porque el demonio…”) o (“está la calle mojada porque Dios ha hecho un milagro.

Si “está caliente o mojada” debe haber una razón o una causa, pero no puede traspasarse el ámbito de la experiencia)

En la actualidad se afirma que los tres se reducen a uno, al primero, al Principio de Identidad, porque todos pueden deducirse de él, y si éste no se cumple, los demás….

“Logos” (como se verá en otra entrada) es “Razón”, capacidad humana para descubrir verdades, y “logoi” son “razones”, que se encuentran en las cosas, en los seres.

La misión y el objetivo del “logos”, al conocer, es descubrir los “logoi”, las razones de las cosas, las causas de las cosas, lo que son las cosas.

El “logos” (subjetivo)  en busca de los “logoi” (objetivos) para descubrirlos y saber lo que son. Eso son las ciencias.

A los principios metafísicos arriba expuestos no se llega por el “logos”, sino que, al ser “inmediatamente evidentes”, son captados por el “nous, la inteligencia.

La razón sólo llega a las verdades “mediatamente”, yendo de verdad en verdad, discurriendo, “corriendo” de una verdad a otra hasta llegar a la última, que era la que estaba buscándose, la conclusión.

El “acceso inmediato” a las verdades es propio de los “inteligentes” que, intuitivamente, de golpe, captan la verdad, van directamente al último eslabón de la cadena sin pararse en los eslabones intermedios.

El “acceso mediato” a las verdades es lo propio de los “razonadores/racionales” que van “corriendo” de eslabón en eslabón hasta llegar al último y descansar.

El inteligente es más “vago”, no necesita el trabajo, el esfuerzo, el “razonador” es más trabajador, necesita esfuerzo, se cansa más fácilmente.

La naturaleza toda está preñada de “logoi” y lo propio de lo hombres es irlas descubriendo.

El “inteligente” es como el ave, que vuela y llega rápidamente a su destino, y por el camino recto.

El “razonador”, en cambio, no sabe/no puede volar, está con los pies en el suelo, tiene que andar o correr, será un caballo árabe o una tortuga, pero siempre sin levantar el vuelo. Y más de una vez errará en la bifurcación y se equivocará de camino, entrando en callejones sin salida, teniendo que dar marcha atrás y reanudar el camino.

El “Intus-legere” del “inteligente”, no es el “dis-currir”, de letra en letra, paso a paso, del “razonador”.

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