miércoles, 20 de agosto de 2014

8.- 43 UN MUNDO SECULARIZADO.



Entro, Señor, en tus iglesias / (Alberti)

Entro, Señor, en tus iglesias... Dime,
si tienes voz, ¿por qué siempre vacías?
Te lo pregunto por si no sabías
que ya a muy pocos tu pasión redime.

Respóndeme, Señor, si te deprime
decirme lo que a nadie le dirías:
si entre las sombras de esas naves frías
tu corazón anonadado gime.

Confiésalo, Señor. Sólo tus fieles
hoy son esos anónimos tropeles
que en todo ven una lección de arte.

Miran acá, miran allá, asombrados,
ángeles, puertas, cúpulas, dorados…
Y no te encuentran por ninguna parte.



¿Qué significa “Dios ha muerto”?


Así como lo profano se opone a lo sagrado, lo seglar/secular/laico se opone a lo religioso.

1.- Secularización no sólo fue la desamortización y traslado de los bienes de la Iglesia a manos civiles, bien estatales, bien particulares (Acepción jurídica de “secularización”).

2.- Secularización también fue la emancipación de los poderes estatales de la tutela (y muchas veces subordinación) y legitimación ideológica de las Iglesias (“el poder viene de Dios”).
Secularización, entonces, viene a significar la no confesionalidad del Estado (secularización política).

3.- Secularización social es cuando la sociedad se ha desvinculado y emancipado de las Instituciones Religiosas Tradicionales, obviando la moral religiosa y abogando por la Ética Racional como criterio de moralidad.

Y es que:

A.- La Institución Eclesiástica ha perdido (y cada día que pasa, un poco más, por la corrupción, la pederastia,…) prestigio y valor. Ya no es ejemplo de nadie y de nada. El declive y la decadencia van avanzando. El desprestigio es progresivo.
Lo que no supone un a merma del Cristianismo, sino de la Institución que dice representarlo y encarnarlo.

B.- Son ciertos grupos religiosos los que están tomando en sus manos y preocupándose por los problemas y la búsqueda de soluciones, aunque sólo sean paliativas, de este mundo, no tanto desentendiéndose de lo sobrenatural, como interpretándolo de manera distinta (aquello de: “si no lo hacéis por los hombres, a quienes veis…. “ y “lo que a ellos hiciereis….”
La pobreza, la enfermedad, la ayuda humanitaria, la cultura,…lo humano por humano y en cuanto humano, no por divino; por los hombres mismos, no por Dios.

C.- Olvido y arrinconamiento de la visión religiosa del mundo y del hombre, de la política y de la sociedad, de la cultura,…
“Todo es humano, sólo humano”

D.- El hombre y la Antropología han desplazado a Dios y a la Teología como objetos preferentes de estudio y de preocupación.
Las antiguas creencias religiosas ceden el paso a las verdades científicas y a las utilidades tecnológicas.
“Lo sagrado son los hombres”

E.- Desacralización y reducción a lo profano de la naturaleza física, en general, y de la naturaleza humana, en particular, convertidas en objetos de ciencia y de dominio tecnológico, ya no como criaturas y vestigios o imágenes de Dios.

F.- Abandono de la sociedad e instituciones sociales clásicas, permanentes y, en su lugar, vigencia de una sociedad civil móvil, elástica, cambiante.
La tradición, si algo vale, es porque vale, no por ser tradición.
Del “porque siempre ha sido así” no puede concluirse que “tenga que seguir siendo así”.
Lo tradicional, en sí, es sólo eso, tradicional, luego será valioso (y habrá que recogerlo) o no valioso (y habrá que abandonarlo).
El tiempo no es criterio de valor.

G.- Reclusión de lo religioso al ámbito de lo privado e íntimo (y espero que, a estas alturas de los tiempos nadie identifique Semana Santa con “religiosidad”, siendo, entre otras cosas, y cada vez más, actos sociales).

H.- Fragmentación de las iglesias. Si la unión hacía la fuerza, la desunión garantiza la debilidad.
Hoy da la impresión de que se ha abierto el mercado y se da un pluralismo de creencias religiosas, coexistiendo en una misma sociedad, sin que ninguna realice funciones de integración general ni de legitimación social y/o política.

En Occidente, y en general en las sociedades industrializadas, lo religioso ha cedido ante el empuje de secular o laico.
Se trabaja por un salario, no por el mandato divino.

Los antiguos grandes relatos han sido desmitificados y lo post-religioso se ha instalado entre nosotros.

La secularización es el aire que respiramos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.


Los matrimonios civiles, los no bautizos o, al menos, su postergación, la huida de los confesionarios, la asistencia/visita a las iglesias a contemplar el arte (como afirma el soneto de Alberti), el desprestigio del clero, la muerte dulce, sin considerar el dolor un mérito sino una desgracia a evitar, la desaparición de la extremaunción, la consideración de  “legítimos” de todos los hijos, sean de personas no casadas, sean fuera del matrimonio, sin el san-benito de “naturales” como no legítimos, las uniones en parejas, de hecho y de derecho, homosexuales o heterosexuales, las separaciones, divorcios y nuevas uniones, el matrimonio de muchos curas, la corrupción no sólo política, también eclesiástica,…son signos de la secularización de nuestras sociedades.

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