miércoles, 25 de marzo de 2015

DESPEDIDA ALUMNOS 2002-2.003 (y 2)

 2º Cuento.
                  De fuentes bien informadas me llega la noticia de que nos han contado mal la historia de la creación, y que, en realidad, Dios no descansó el 7º día, sino que al terminar el 5º día, Dios se quedó dormido. Y al despertar y ver el maravilloso trabajo que había hecho quedó alucinado. Porque todo era perfecto. Todo era cosmos, todo era orden, todo era armonía. Las estrellas y los planetas se comportaban de acuerdo con las leyes que Él mismo había establecido. Y los peces nadaban en el agua pura y las aves volaban por el nítido aire. Y los reptiles reptaban. Y los cuadrúpedos andaban a cuatro patas.


La obra era tan magistral, tan armónica y tan perfecta, todo funcionaba tan bien, que el mismo Dios se aburría. Se aburría y pensaba: ¿Cómo podría yo modificar tanta rigidez, tanto mecanismo en funcionamiento perfecto, tanto reloj exacto donde nunca ocurre nada nuevo?. Lógicamente Dios no podía cambiar las leyes que acababa de dictar a la creación. Sería desdecirse de lo dicho, sería corregirse. Y eso no está bien de un Dios. Eso sería admitir imperfección. Y eso no podía ser.
Así que, pensándolo bien, el sexto día Dios creó al hombre y, además, lo hizo libre.

Desde ese mismo momento el hombre lo trastocó todo y lo puso patas arriba.
Por el aire vuelan hoy unos pájaros de acero pesados y no vivos (con movimiento “ab extrinseco” dicen los filósofos) y  el fondo de los mares está bastante lleno de  submarinos atómicos. Y mata, cazando, los pájaros del cielo, bajándolos a la tierra; y mata, pescando, los peces, aun inmaduros, sacándolos del agua. Y ha trastocado el orden de los elementos. Fuego-Aire-Agua-Tierra. Ha metido el fuego en el aire; ha mezclado la tierra con el aire y con el agua, es decir, ha calentado la atmósfera, cae lluvia ácida, ha hecho agujeros en un paraguas de ozono y por el que, ahora, nos mojamos de rayos ultravioletas letales para la vida, ha desertizado la tierra, ha contaminado con todo tipo de mierda las aguas, la tierra, el aire,....

Y, dicen, que Dios había vuelto a sonreír porque, a partir de entonces, los hombres lo considerarían necesario y recurrirían a él.
Pero los hombres, después del gran lapsus cristiano-medieval, empezaron a saber y, o bien dejaron de creer o bien creyeron en otros dioses o en otras formas de Dios.

Y dicen, fuentes de buena tinta, que Dios se puso celoso porque el hombre, con su razón, había descubierto el secreto divino, y es que las leyes naturales son racionales, así que, con el poder de la razón se puso, primero a conocer y luego a poner en práctica sus conocimientos, a aplicarlos, y entonces apareció la técnica y el enorme poder que ello le daba.
Así que en el siglo XVIII, los hombres bajaron a Dios de los altares y proclamaron a una diosa, la Diosa razón, como único objeto de adoración.

Para enfadar más a Dios, en el XIX, un genio, un hombre anormal por exceso, un loco, proclamó “Dios ha muerto”, vivan los dioses; la verdad ha muerto, vivan las verdades; la felicidad no existe, vivan los momentos felices; el más allá no existe, viva el más acá; la otra vida es un deseo de los amargados y de los resentidos, viva esta vida; el pájaro en mano y no los ciento volando, la noria como diversión y no la escalera como sacrificio; el “carpe diem”
No la verdad, sino la perspectiva; no la eternidad, sino el tiempo; no lo ideal sino lo real, no lo abstracto, sino lo concreto; no la vida como la mala noche en la mala posada, sino como  palacio festivo todos los días; no la vida como lugar de paso, sino la vida como residencia, como estancia cómoda y feliz; no el “muero porque no muero” sino el no quiero morirme, no el deseo de llegar a estar junto al Padre, sino el anhelo de no querer separarse de la persona amada.
        
Y el caos reina entre nosotros.
Caos político, donde se apuesta por la razón de partido, en vez de apostar por el Partido de la Razón.
Caos social, con tanto inepto dentro y arriba y tanto competente fuera o abajo.
Caos económico con tanta necesidad por allí y tanto despilfarro por aquí.
Caos científico-tecnológico donde se confunde lo técnicamente posible con lo éticamente recomendable, como si todo lo que puede ser hecho deba ser hecho.
Caos moral, donde se confunde el” todo vale” con el “todo vale igual”.
Caos humano, con grupos de escogidos y grupos de excluidos.
Caos en la periferia y caos en el centro.
Caos por doquier

Y a vosotros os toca hacer de dioses menores para ordenar este caos.
Yo no me siento orgulloso del mundo que os estamos dejando.
Pero vuestros padres y vuestros profesores, todos, un poco o un mucho egoístas estamos interesados en que os preparéis y os entrenéis para resolver los problemas, porque nuestro futuro está en vuestras manos.

Tenemos-tenéis un montón de problemas abiertos.
Nunca ha habido tanta libertad y a la vez tanta dependencia y esclavitud.
Nunca ha habido tanta riqueza y a la vez tanta muerte por hambre.
Nunca ha habido tanta libertad de expresión y tanto perseguido por expresarse.
Nunca ha habido tanta globalización de la pobreza y tanto terruño de riqueza.
Nunca ha habido tantas facilidades para la paz y tantas realidades bélicas.
Nunca ha habido tanto bien como objetivo central y tanto daño colateral.
Nunca ha habido tanta información y a la vez tanta ignorancia; tantos medios tan eficaces y tanta ineficacia, tantos medios tecnológicos  y tan pocos  fines humanos dignos; tanta igualdad de derechos y tanta discriminación; tanto como sobra aquí y tanto como hace falta allí, tanta caridad y tan poca justicia, tanta presencia de tantas ONGs y tanta ausencia de OGs.

Pero los problemas no se terminan, apartándolos, enterrándolos. Los problemas  o se solucionan o reaparecen.
Muchas veces creemos que un problema se termina, ignorándolo, mirando para otro lado, tapándolo, o por la fuerza, con la exclusión, con la expulsión, rompiendo el papel, tachándolo, encerrando al problemático, largándoselo a otro, dilatándolo en el tiempo...y eso no es solucionar el problema.
Para solucionar el problema hay que, 1º constatarlo, ser conscientes de él,, 2º lanzar hipótesis nuevas, estrategias nuevas, si las anteriores no nos valen, como posible solución al problema, 3º deducir consecuencias, hacer previsiones y 4º contrastar, constatar, verificar si las predicciones se cumplen, si hemos llegado a la meta, si el problema se ha resuelto.

Marx decía que cada época se planteaba los problemas que podía solucionar.

Un problema. Por ejemplo. La inmigración. Tenemos/tenéis en Málaga muchos inmigrantes que han llegado, desesperados, buscándose la vida, porque en sus lugares de origen la tienen perdida, sin jugársela. Y van a entrar en competencia con vosotros por un puesto de trabajo o por una plaza en educación, o por una vivienda de protección oficial.
Y si algo hay de sagrado en esta bendita tierra llamada España es la no discriminación por motivos de raza, sexo, religión, cultura, ...1º.¿Sois conscientes del problema?, 2º, ¿Qué estrategias vais a aplicar?, ¿Qué solución  vais a ensayar?. ¿Vais a seguir el modelo francés de Asimilación, primando la homogeneidad cultural a costa de las diferencias?, ¿ O el modelo inglés de multiculturalidad, primando las diferencias a costa de la integración, propiciando  guetos, barrios indios, chinos,... ? ¿O el modelo belga de la interculturalidad, con puntos, aunque sean mínimos, en común, conviviendo con la diversidad cultural? 3º ¿Conocéis estos intentos de solución?. ¿Sabéis?, ¿queréis saber?, ¿sois conscientes de que tenéis que saber?, ¿estáis concienciados de que debéis ir preparándoos y estar preparados?, ¿estáis aprendiendo de nuestros errores, para no cometerlos de nuevo y de nuestros aciertos, para mejorarlos?.

Es Sócrates el que habla:
-Saber, para qué?- Maestro.
Saber para obrar bien.
Obrar bien, para qué,?- Maestro
Para ser feliz.
No hay otro camino para el hombre: Saber-Obrar-Felicidad.

No me obliguéis a recordaros que “os han nacido hombres” (vuestros padres), “os hemos hecho humanos” ( la sociedad, la cultura, la enseñanza, la educación...) pero que “tenéis que haceros personas” Y aquí si que no podéis echar balones fuera, es, sobre todo, vuestra responsabilidad. Por eso, a partir de hoy, sois los máximos responsables de lo que sois.

Es Ortega el que habla. “La vida nos es dada, pero no nos es dada hecha. Tenemos que hacerla. La vida  es un quehacer, ¿qué hacer yo con las cosas?. ¿Qué vas a hacer tú de ti? ¿Qué va a ser de ti?.

Debes rebelarte contra tanta masa informe. Tú no puedes ser un Vicente cualquiera que va donde va la gente. Debes esforzarte por ser, por méritos propios, élite. Tienes que pertenecer a esa élite cultural, profesional, científica, responsable. Tú tienes que ser levadura ante y entre tanta  harina. Tenéis que ser los despertadores de esta España modorra y anodina  que os estamos dejando. Tenéis que ser capaces de vertebrar esta España invertebrada. A vuestra edad no podéis tener vocación de maquilladores, sino de creadores y creativos. Tenéis  que cambiar esta sociedad insolidaria, pero cambiarla desde dentro. Os estoy desafiando no a que seáis capaces de parar una guerra sino a que las guerras sean imposibles.

Por eso, hoy no es un día cualquiera. Hoy es un día especial. Ya no necesitáis tutores (Kant). Debéis tomar decisiones. Revisad vuestra mochila. Revisad vuestra cabeza y vuestro corazón. ¿Va todo lo que tiene que ir?. ¿Hay, en vosotros, déficits o superávits de conocimientos, de conductas, de saber hacer y saber obrar?. ¿Está en vosotros vivo el fuego del saber, las ansias de saber, las ganas, el deseo de saber, el amor a la sabiduría?. Eso es Filo-sofía.
La filosofía no es una asignatura, una disciplina, la filosofía no es una materia de enseñanza. La filosofía es una actitud de búsqueda, una búsqueda dialogante.
La filo-sofía  debería estar subvencionada por la Seguridad Social, debería ser declarada  Servicio Público.

Hace varios años, cuando quitaron la Historia de la Filosofía como materia común para todos los 2º de Bachillerato, (excepto el de Humanidades) éste que os habla, escribió un artículo en el SUR y terminaba así: “Señor, perdónalos, que no saben lo que hacen”. Parece que Dios los ha perdonado (aunque no sé si se han arrepentido o han sido conscientes del desaguisado).

Suelo decirles a mis alumnos, todos los años, que con sus padres, con  sus profesores, con los mayores hay que tener una cierta deferencia, hay que mostrar cortesía, siempre hay que escucharlos, pero, luego, no hacerles totalmente caso.
Pobre sociedad si fuera constantemente rodando y repitiendo la misma historia.

La salud de una sociedad está garantizada si los hijos no siguen  los mismos pasos de sus mayores, y abren nuevos caminos, y exploran nuevos horizontes.
Siempre salen las flores en primavera, pero nunca son las mismas flores.

Os deseamos, todos los que estamos aquí, con vosotros, en este momento, de verdad, de corazón, acierto y éxito en vuestra nueva singladura, en vuestra nueva etapa vital.

Cuando los pequeños de la ESO, en mis guardias, me dicen “maestro”. Siempre pienso para mis adentros: “Ojalá yo fuera vuestro maestro, vosotros seríais, mis discípulos. Lo malo es que sólo soy, por desgracia, cada vez más, profesor, trabajador de la enseñanza, y vosotros sólo alumnos”. Pero si hemos sido, al menos un poquito, maestros, y vosotros, aunque sólo sea un poquito, discípulos, recordaros solamente y finalmente, que la obligación de todo discípulo no es repetir y seguir a su maestro, y decir siempre sí a lo que él dice y hacer lo que él hace. La obligación de todo discípulo es demostrarles a sus maestros que estaban equivocados.

Este es nuestro desafío. Aquí os estaremos, siempre, esperando.

Hacednos un favor.

Sed Felices.

Málaga. Un día de Mayo del 2003


No hay comentarios:

Publicar un comentario