miércoles, 8 de abril de 2015

REFLEXIÓN: "AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS

REFLEXIÓN (a las tantas de la noche)

    En uno de estos días tontos en que la TV no cumple sus objetivos, porque  ni forma, ni informa, ni entretiene (que como todos Uds. saben son muchos) y en la que sólo hay programas basura (¡no sé por qué demonios los llaman del corazón, ¡vaya corazones de mierda¡) y uno, de momento ni es coprófago ni padece del síndrome de Diógenes (¿a quién demonios se le habrá ocurrido poner ahí el nombre de un filósofo que había descubierto, y que lo practicaba, que el secreto de la felicidad era no tener sino soltar, no acaparar sino desprenderse de todas las necesidades no realmente necesarias, porque sólo de esa manera se encontraba libre de tener que satisfacerlas?. Que no era un acumulador, y menos de basura, sino una persona desprendida de todo lo no necesario) (y a uno, a mí, se le va el santo al cielo cada vez que se hace mal uso del lenguaje porque está convencido de que perder la batalla del lenguaje es perder la guerra de la realidad).
    Bueno, a lo que iba, que en uno de esos días tontos, Aurora y yo rescatamos una de esas películas de la estantería, “Nicolás y Alejandra”, donde se narran los últimos días de la caída del régimen zarista.
    El Zar Alejandro, en un gesto de insensatez y de megalomanía, va a tomar la decisión de movilizar a todo el ejército, millones de soldados.
    Su primer ministro le aconseja, le insiste, le insta  a que no lo haga, porque representa una provocación a las naciones europeas. Si lo hace será por algo ¿no?
    El Zar tiene ya tomada la decisión. El primer ministro se encuentra abatido porque las ve venir.
    El Zar le dice que “comunicará a todos los sacerdotes para que en todas las iglesias se eleven rogativas a Dios para que nos mande la paz”.
    “La paz está en vuestras manos, mi Zar, no en las manos de Dios”.
    “Dios nos ha dado a los hombres inteligencia. Con ella, mi zar, podemos razonar hasta con los locos, podemos hasta calmar a los perros rabiosos”.
    “¡Ay de nosotros si sólo pudiéramos rezar¡”
    “Ya rezaremos cuando enterremos a nuestros muertos”.

    La historia ya saben Uds. cómo continúa. Alemania le declara la guerra. Una guerra desigual. Cañones contra personas. Desastre ruso. Revolución de Octubre. Kerenski y luego Lenin. El zar Nicolás, la zarina Alejandra, su pequeño hijo hemofílico y sus cuatro hijas (incluida Anastasia), posando en una foto de familia, son asesinados a balazos.
    La paz se encontraba en sus manos, no en las de Dios.
    Obrar bien, no rezar mucho. Si el grifo se va, un fontanero, no un Padrenuestro. Aunque nunca está de más rezar Padrenuestros. Pero a cada uno lo suyo.
    Los problemas humanos, que provoca el hombre, que los solucione el hombre. Si está en sus manos el poder no crearlos, también está en sus manos el poder solucionarlos. Que lo haga. Hagámoslo. No echemos pelotas fuera, porque además de perderlas, perdemos dinero y no podemos seguir jugando.

    Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

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