viernes, 15 de mayo de 2015

ENCANTO DE LA VEJEZ (8). LA VIDA: ¿ESCALA O PASEO?



        Dice el genial filósofo español, José Antonio Marina que, puesto que el hombre nace siempre en un grupo social, muchos piensan que la identidad se define por la pertenencia a ese grupo.
        Pero se trata de una decisión que siempre encierra una gran arbitrariedad. Porque yo, tú y el vecino del 5º pertenecemos a muchos colectivos. Mi raza, mi lengua, mi género, mi nación, mi clase social, mi religión, mi civilización…. ¿Por qué elegir una y no otra como punto de referencia?. Entonces, yo, puedo convertirme en un racista, en un machista, en un nacionalista excluyente, en un fanático, en un….
        ¿Por qué no elegimos, como punto de referencia, la pertenencia a la especie humana, en la que cabemos todos, porque todos somos igual de personas, y. sobre ella, construir los derechos humanos, universales?.

        Nosotros ya pertenecemos a otro colectivo, el de los jubilados o, mejor, pensionistas. Pero no sólo somos eso. También somos esposos (lo digo yo, varón), hijos, padres, hermanos, abuelos, lectores, escritores, conferenciantes, españoles, hablamos castellano, somos andaluces, blancos, católicos,….
        Todos tenemos muchas identidades.

        Apostarlo todo a una identidad es una prueba manifiesta de inmadurez y de pobreza voluntaria. Toda la actividad estará volcada hacia esa identidad. Así salen los racistas, xenófobos, inquisidores, nacionalistas, mutilados afectivos,…

        Leo un artículo de un señor que fue presidente de la banca. Ya el título me pone en guardia. “La jubilación como una escalada”.

        La vida del escalador, del montañista, es así, siempre forzada y sufriendo en la escalada y mientras escala hasta llegar a la cima.
        La vida de un paseante vitalista, como yo, naturalmente que no es así.

        Escalada, escala, escalera.

        Si alguien ve la vida como una escalera, tendrá que escalar, al vivir. La escalera siempre es un lugar de paso, nunca una morada en la que residir.
        Y escalar, recorrer la escalera, siempre es sacrificio, menos para bajar, más para subir. La ley de la gravedad es la ley de la gravedad.
        El premio de la escalera es el rellano, cuando se llega.
        El premio de la escalada es la cima, cuando se llega.
        El premio del paseo es el pasear mismo, mientras se va, porque no hay llegada obligatoria.


        Considerar la vida como una escala implica un reto, llegar, implica una aventura. Y la aventura puede terminar en bienaventuranza o malaventura.

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