miércoles, 24 de junio de 2015

JESÚS DE NAZARET (10) HIPÓTESIS EXÓTICAS.



.- ¿No murió en la cruz?
.- ¿Murió en la India?
.- ¿Era un extraterrestre?
.- ¿Es un refrito de divinidades mitológicas?
.- ¿Jesús tuvo que ver con el mito astral del sol y la luna?

Como se sabe tan poco de Jesús es por lo que se han inventado miles de historias y de hipótesis, cada cual más extravagante y/o inverosímil.
Ningún estudioso les da credibilidad, pero están en el imaginario de bastante gente que lee otras historias.

¿MURIÓ EN LA INDIA?

En relación con la India debe hacerse notar que, durante los años de la llamada “vida oscura” (desde su infancia hasta su edad adulta, en que se presenta en público y se da a conocer y de la que nada se sabe) podría ser cierto que, durante esos años Jesús no permaneciera inactivo en su aldea de Nazaret y que viajara fuera de Palestina, llegando hasta Egipto, incluso hasta la India.

Es verdad que no hay pruebas que sostengan esta tesis pero ¿y ese silencio durante 18 o 20 años de su vida joven y de la que nada sabemos?
Aunque, para ser correctos, la carga de la prueba siempre está en el tejado de quien la afirma.
¿Es posible que permaneciera durante tantos años trabajando como carpintero o como peón de albañil con su padre José?
Y, en ese caso, ¿cómo se explica que, al aparecer en público, revelara tanta sabiduría, tantos conocimientos y que conociera y practicara incluso los ritos de la magia de otros cultos que no pertenecían al judaísmo?

Jesús demuestra conocer elementos de otras religiones y culturas, sobre todo orientales.
¿Pudo estar en contacto con los griegos?
Se piensa que hablaba bien el griego, además del arameo y del hebreo.
¿Dónde lo aprendió?

Hay que recordar que, desde la pequeña aldea de Nazaret partían, antiguamente, las grandes caravanas hacia el exterior (Damasco, por ejemplo).
No hay pruebas históricas de que viajara a la India, pero no es algo imposible, aunque no pueda probarse.
Y de ahí, de haber podido estar en la India, como joven profeta, es de donde surge la otra hipótesis, la de su segundo viaje a la India, que ya la conocería, y tras haberse salvado de la muerte de cruz.
Según esta hipótesis Jesús habría vivido sus últimos años y habría muerto en Cachemira, donde formaría una familia y habría tenido hijos.
¿Por qué esta hipótesis, de Cachemira?
Podría haber nacido de quienes no creyeron que hubiera resucitado.

Hubo siempre gente que pensó que Jesús pudo haber sido bajado de la cruz, aún vivo, por sus discípulos y por sus amigas las mujeres, burlando a los soldados, en pleno festejo y consiguiente confusión de la fiesta de la Pascua.

Los defensores de esta teoría se basan en los textos evangélicos, según los cuales Pilatos no quería condenar a Jesús, sobre todo después de que su mujer le dijera que intentara salvarlo, pues había soñado con Él aquella noche.

También otros afirman que Jesús habría fallecido enseguida, mientras los crucificados solían estar hasta días enteros vivos y como el día siguiente era Sábado de Pascua y los cadáveres de los crucificados, según costumbre, no podían permanecer en la cruz y había que bajarlos de ella, pero, en realidad, Jesús no habría estado muerto, por lo que le curaron las heridas y habría huido a la India, cumpliéndose así la profecía de que Jesús tenía que llevar la Buena Nueva a las tribus perdidas de Israel.

(Un inciso: ¿Recuerdan lo de “le quebraban las piernas"?, pero como Jesús ya estaba muerto una lanza le atravesó el corazón, del que salió sangre y agua”.
Así se cumplían las Escrituras: “no le quebrantarán ningún hueso”.
Quebrarle las piernas era para adelantarles la muerte, porque a la puesta del sol comenzaba el día siguiente, día 15 del mes de Nisán, el día santísimo de la Pascua, por lo que Juan dice que “ese sábado era muy solemne”) pero al ya muerto (tabú), por si acaso, le daría un soldado, Longino o Longinos de Cesarea (San Longinos) el golpe de gracia, atravesándole el costado con la, luego, llamada “santa lanza”, no siendo que no estuviera muerto y tuviera nefastas consecuencias para él. Por si acaso)

Se sabe que de las 12 tribus de Israel, excepto las de Judá y Benjamín, que ocuparon el sur de Palestina, las otras 10 acabaron en la diáspora tras haber sido absorbidas por el Imperio Persa, que fue expandiendo sus dominios por las tierras del actual Afganistán, así como por Pakistán y Cachemira.
Lo curioso es que siendo una hipótesis tan peregrina, en la ciudad de Srinagar, capital de Cachemira, existe, desde casi 2.000 años la tumba de Jesús, llamada “santuario de rozabal”, donde estaría enterrado Jesús.
El arqueólogo y director de los Archivos, Bibliotecas y Monumentos de Cachemira, ha estudiado desde hace años la posibilidad de que Jesús hubiese estado dos veces en la India.
Incluso, hasta hace poco, existía un hombre, llamado Basharat Saleem que asegura ser el último descendiente vivo de Jesús de Nazaret.
Los estudios del arqueólogo, de nombre Hassnain han sido analizados por Andreas Faber-Kaiser en su obra “Jesús vivió y murió en Cachemira”.

El Libro expone la posibilidad de que Jesús no muriera en la Cruz, sino que una vez curado de las heridas causadas por la crucifixión, emprendiera la huida hacia el Este, en busca de las tribus perdidas de Israel. Jesús habría llegado así a Cachemira, en donde comenzaría una nueva vida y moriría —a edad muy avanzada y de muerte natural. Su tumba se venera hoy, como hemos indicado, en Srinagar, capital de Cachemira.
Además de la tumba propiamente dicha, una serie de nombres toponímicos dan fe en Cachemira del paso de Jesús.
Por otra parte, en Pakistán y a escasos kilómetros de la frontera con Cachemira, se ha localizado la tumba de María, madre de Jesús, quien le habría acompañado en su huida hacia el Este pero que, no soportando las penalidades del viaje, habría muerto en el camino, ya muy cerca del punto de destino.
Existen testimonios que hacen suponer que Jesús eligió este lugar para emprender la segunda etapa de su vida, por cuanto ya habría estado aquí durante los años (“los años oscuros”), de los 12 a los 29 años, en que la historia occidental no puede dar fe de sus actividades.
Pero sí pueden darla, en cambio, textos históricos localizados en la lamasería (“convento o monasterio de los monjes lamas”) tibetana de Lhasa y en la de Hemis, en Ladakh (Cachemira).
Además de las tumbas de Jesús y María, una reducida comunidad judía aislada en la montaña viene custodiando en Cachemira, desde hace 3500 años, la tumba de Moisés, del que igualmente hablan nombres toponímicos, conservándose incluso, allí, la llamada "piedra de Moisés".
Andreas Faber-Kaiser y Mercedes Castellanos viajaron al norte de la India para recoger testimonios y documentación sobre el terreno, para verterla luego en este libro que dio a conocer a Occidente esta tradición o hipótesis de la vida secreta de Jesús.

Nicolai Notovich, habiendo oído hablar de dichos documentos, a finales del XIX explorando el norte de la India, llegó al monasterio budista de Hemis y le contó al lama principal que había oído hablar de dichos documentos en los que se contaba la historia de Jesús en la India y que, al parecer, se encontraban en la biblioteca de ese monasterio y que deseaba consultarlos.

El personaje de Jesús, cuya historia coincide exactamente con la narrada en los evangelios, en esos manuscritos se llama Isa.
Según esos escritos, Jesús vivió durante al menos seis años en varias ciudades sagradas de la India, entre ellas Benarés.
Al principio era muy amado y enseñaba las Escrituras a aquella gente. Pero empezó a ser mal visto cuando se puso a predicar la igualdad de “todos” los hombres en un país donde las castas estaban muy enraizadas.
Acabaron intentando matarle, pero consiguió huir y se refugió en Gautamides, el país de Gautama, Buda.
A los 29 años volvió a Israel, donde comenzó su vida pública.

¿UN EXTRATERRESTE Y QUE VOLVERÁ EN UNA NAVE ESPACIAL?

Jesús no habría aparecido en carne y hueso sino que fue un extraterrestre que bajó a la tierra en una nave espacial, siendo un comandante intergaláctico. Y que un día volverá en otra nave.

En las Sagradas Escrituras ya existen señales de esta visión e Jesús formando parte de un plan cósmico como, por ejemplo, los carros de fuego, las columnas de humo, las nubes de fuego y los ángeles.
Los ángeles, de la Biblia, serían extraterrestres y la famosa estrella vista por los Magos al nacimiento de Cristo no sería más que una nave espacial que guiaba a los tres Reyes Magos.
Algo así como los ovnis.
¿Cómo va a ser posible que una estrella se mueva durante meses, a la altura que está, y después se quedara estática sobre la cueva de Belén?

También el episodio evangélico de la trasfiguración ante los apóstoles Pedro, Santiago y Juan (“y se transformó ante ellos, brilló su rostro como el Sol y sus vestidos de volvieron blancos como la luz”).
Esto no era más que un fenómeno extraterrestre, como hay cuando se aparecen los ovninautas

Incluso la resurrección. Que sería otro fenómeno extraterrestre. Jesús subiendo al cielo en una nave y vendrá, en otra nave, en su segunda venida.

¿Y la escena de cuando Jesús pregunta a sus discípulos: ¿“y vosotros quién decís que soy yo”?
Como si Jesús mantuviera un secreto sobre su realidad y quisiera saber si sus discípulos lo habían adivinado o no.

Esta teoría, hoy, es explicada por la psicosis de miedo al nuevo milenio.

Como las iglesias han acabado perdiendo todo el carácter mágico y misterioso que un día tuvieron, que ya no creen en los milagros y que ese ambiente mágico lo han substituido por los ovnis y todas las teorías relacionadas con lo extraterrestre.

Jesús, por su carácter mítico y utópico, ha servido para admitir las ideas más fantásticas.
Teorías, como ésta, que se levantan, aguzando el ingenio, ante el silencio de los evangelios.

¿ES/FUE UN PRODUCTO CREADO CON ELEMENTOS DE LAS ANTIGUAS DIVINIDADES MITOLÓGICAS?.

Es la llamada “Teoría mítica” que sostiene que a Jesús, al que, realmente, no existió, fue modelándose con elementos de otros dioses o personajes  religiosos mitológicos de siglos anteriores a Él.
De ahí las muchas coincidencias entre el Jesús presentado por los cristianos y los personajes y dioses anteriores, como Horus, de Egipto, Mithra, de Persia y Krishna, de la India.

1.- Todos naces de una madre virgen.
2.- Horus y Mitra nacen, también, el 25 de Diciembre.
3.- Todos hicieron milagros.
4.- Todos tuvieron 12 discípulos, que serían los doce signos del Zodíaco o las 12 tribus de Israel.
5.- Todos resucitaron y subieron al cielo, tras su muerte.
6.- Horus y Mithra fueron llamados “Mesías”, Redentores e Hijos de Dios.
7.- Krishna fue considerado la segunda persona de la Santísima Trinidad (como Jesús) y fue perseguido por un tirano que mató a miles de niños inocentes.
8.- Krishna también se había transfigurado ante sus tres apóstoles predilectos, fue crucificado y ascendió a los cielos.

Exactamente, como el profeta de Nazaret.
¿No son demasiadas coincidencias?.

Parece como sí hubieran recogido las cualidades excepcionales de los tres dioses muy anteriores a Jesús y, con ellas, hubieran revestido al Jesús mítico.

Incluso muchas cosas que aparecen en los evangelios no son sino traducciones judías de mitos egipcios. Por ejemplo, la resurrección de Lázaro (al que se le atribuye poca credibilidad histórica) que equivale a la historia de la momia de Al-Azar-us, del mito egipcio de Horus, ocurrida 1.000 años antes del nacimiento de Jesús.

Igualmente, el enemigo de Horus era Sata (de donde saldría, en el evangelio, la teoría de Satanás y de los demonios.
Horus también lucho 40 días contra las tentaciones de Sata, en una pugna simbólica entre la luz y la oscuridad.

Da la impresión de que, tras estudiar las distintas mitologías, Jesús se nos aparece como el fruto de una continuación de los dioses míticos de la antigüedad.

Algo así como: “si estos dioses lo tuvieron, el nuestro también”.

JESÚS Y LAS MITOLOGÍAS DEL SOL Y LA LUNA.

Las deidades antiguas tenían mucho que ver con el sol y con la luna.
Mientras que el sol genera religiones, la luna es la que crea la magia.
Hubo pueblos que se guiaron, religiosamente, por el sol y otros por la luna.
En los mitos antiguos el Sol Hombre es parido por la Madre Noche, representada por la Luna o por el Lucero del Alba.
Luna o Lucero se llama María, uno de los nombres más antiguos del mundo. De ahí Maia o Maya y, más tarde, Myriam, del que deriva el vocablo latino María.
Desde la más remota antigüedad la noche del 24 al 25 de Diciembre (nuestra Nochebuena) reviste una sacralidad especial, por ser la fiesta del nacimiento del Sol (nuestra Navidad), por eso a los dioses de las antiguas mitologías se les hacía nacer el 25 de Diciembre (el dios babilonio Marduk, Mithra (la deidad parida por una piedra y sobre cuyo templo se levantó el Vaticano, y como los cristianos han hecho con Jesús (cuya fecha de nacimiento se desconoce, pero que no pudo ser el 25 de Diciembre, como hemos indicado en otros lugares).

El mito de Jesús sería una prolongación del mito del sol (“luz de este mundo”…) que en las mitologías se confunde con la piedra y Jesús, como Hijo del Sol, habría surgido de un útero pétreo (la cueva de Belén, que tiene poca credibilidad histórica).
Por ser hijo del Sol-Piedra acabaría llamando a Simón, Pedro (piedra)

La mitología de la cueva-piedra asociada al Sol aparece en el nacimiento de Zeus, que nació de noche entre las paredes pétreas de una gruta.
También dios inca, Manco Capac, nació en una cueva y su padre era el Sol-

Y si Jesús era el Sol, María, su madre, sería la Luna, que no sería convertida en diosa pero a la que se le podía dar culto, como si lo fuera. De ahí que la mujer no pudiera ser admitida al sacerdocio, pues ella sólo tiene que ver con la noche-oscuridad-cueva donde nace la vida.
Sólo al Sol, a la divinidad masculina, pertenece el brillo de la luz, por lo tanto del poder.

JESÚS EXISTIÓ, PERO LO MITIFICARÍAN SUS DISCÍPULOS, PARA NO SENTIRSE FRACASADOS.

El Jesús del evangelio, el Jesús de la fe (no el real e histórico), el que se nos ha enseñado, no sería más que un mito, el fruto de una mitificación del Jesús real e histórico (ese del que apenas se sabe algo con certeza).

Raimarus, ilustrado, que vivió a caballo entre los siglos XVII y XVIII, en su obra “De la pretensión de Jesús y de sus discípulos”, afirma que Jesús fue un “Mesías político”, que acabó fracasando y muriendo en la cruz pero sus discípulos, que habían creído en su medianidad, robaron su cadáver y crearon el mito de la resurrección y anunciando que iba a volver.
Jesús era el redentor que iba a salvar a la humanidad y, a partir de ahí, se crea el mito.

Strauss, en su “Vida de Jesús”, ya en el XIX, los discípulos obrarían de buena fe, creyeron en el mito de la resurrección y en las apariciones posteriores y “el mito de Jesús” no sería obra de los discípulos sino de la piedad popular.
Una creación lenta que fue convirtiendo al Jesús real e histórico en un personaje completamente diferente, moldeado por la fe de las diferentes comunidades cristianas hasta convertirlo en la figura actual venerada por la Iglesia Católica.
Strauss, profesor en Tubinga afirma que el Jesús actual en el que se cree no es el real sino el personaje Jesús idealizado, mitificado por la fe, que nada tendría que ver con lo que representó en vida.

Actualmente se admite que los evangelios son una mezcla de narraciones en las que hay algo de verdad histórica y mucho de creencia teológica.
Con el tiempo lo histórico de Jesús se iría borrando, desapareciendo, al tiempo que lo creído, lo interiorizado, se habría incrementado.
Esta transformación, idealizada, en parte sería con intenciones puramente de fe y religiosas y otras veces para adaptarlo a las exigencias de una religión que acabó siendo adoptada y usada por el poder.


De ahí, también, que lo histórico de los evangelios nos dé una imagen distinta de Jesús, sin llegar, nunca, a poder saber cuál de ellos es el verdaderamente original o el más cercano a la realidad.

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