miércoles, 2 de diciembre de 2015

BANCOS



A él le dijeron: “eres un zorro” y, ufano, sacó pecho, todo orgulloso de su cualidad, socialmente reconocida.
A ella la llamaron “zorra” y, de rabia, (tras intentar agredir al interlocutor), lloró de impotencia.

A él le dijeron: “estás hecho un toro”, y respiró hondo, y sonrió.
A ella le dijeron: “estás hecha una vaca” y casi lo cuerna, si lo pilla, al hijoputa.

¡Y luego dicen que el lenguaje es neutro e inocente¡

En mi bloque hay un BANCO, al que suelo acudir. Conozco a su director. Es una persona agradable.
Pero cuando se habla de La BANCA, la cosa cambia.

El BANCO tiene nombre y apellidos, es una entidad doméstica, está ahí, a mano.
La BANCA, en cambio, es anónima, habita en el aire, pero todo lo invade.
Y ese es el problema.
Cuando ella enferma somos nosotros los que morimos arruinados.
La enfermedad bancaria es la metástasis humana.

No es verdad que los ricos también lloren. A lo más que llegan los ricos es a reír un poco menos. Pero, incluso esta risa capitidisminuida, es pasajera.

Éstas son fechas en las que solíamos escribir la carta a los Reyes Magos y pedirle el juego de La Oca, para poder cantar aquello de “de oca a oca y tiro porque me toca” o pedirle el Monopoly para intentar arruinar la banca, para hacerla saltar.

¡La BANCA¡ La nueva palabra maldita. Los que han hecho saltar La Banca, los asaltadores de La Banca, han sido los propios Banqueros, jugando al Monopoly real, pero no con su dinero.

Cuando un banquero pierde, no pierde, sólo gana un poco menos, los que perdemos somos nosotros. Ellos sólo apuestan con nuestro dinero.
Si en el juego ganan, ellos ganan; si pierden, perdemos nosotros.
No importa nuestra ruina, pero no puede dejarse arruinar a La Banca.

Últimamente nosotros hemos dejado de hacer cola en los BANCOS DEL DINERO.
Nada tenemos para meter y nada nos dejan sacar, porque nada tenemos.
Si tenemos algo son números rojos.
¿Por qué “nada” tiene números y, además, rojos?

Hoy las colas la estamos haciendo en los BANCOS DE ALIMENTOS o de Comida (donde algo te dan, aunque sea la “sopa boba”). De aquí vamos a tumbarnos a los BANCOS DEL PARQUE, para respirar aire gratis y no contaminado de intereses. Después acudimos a los BANCOS DE SANGRE, para dar algo de vida, estando medio muertos. Y muchos irán al BANCO DE SEMEN (sementera de vida). Muchos todavía acuden a sentarse en los BANCOS DE UNA IGLESIA para pedir un milagro, porque esto ya no hay Dios que lo arregle.

Veo en la tele a una joven y reciente madre ordeñándose mecánicamente para ingresar “vida blanca” en un BANCO DE LECHE, ese contenedor de vida.
Me emociono por la donación gratuita y desinteresada, al tiempo que me acuerdo de Larra (¿) y su “quién fuera perro” por poder entrar, sin ser notado, a una plaza de toros.
¡Si yo pudiera ser tu niño y poder contactar mis labios con tu fuente pectoral, de forma, todavía, limonácea¡

Madre-fuente de doble vida. ¡Bendita sea la madre que te parió¡ ¡Bendita seas, madre paridora de una vida y dadora de otra vida ajena¡ ¡Y quizás estés parada y, entre todos, te estemos matando y estés viviendo con la muerte diferida a cuestas¡.
Nosotros matándoos desde fuera y vosotras donando vida desde dentro.
Y quizás tú, también, madre a estrenar, estés apuntada, voluntariamente, en el BANCO DE ÓRGANOS.

Para oponerte a la Ley de la evolución natural: “órgano que no se ejercita, órgano que se atrofia” y poder hacer que triunfe la Ley de la Evolución Cultural: “órgano que no se ejercita, por una muerte no querida, que se ejercite en otra vida distinta a la mía”.
Mutar el óxido de los órganos de quien ha muerto, por el engrase de los mismos en ese otro cuerpo vivo, aunque mermado. Dar lo que somos o hemos sido, que es más que lo que damos, a veces de lo que nos sobra, a ese otro BANCO DE JUGUETES.

Personas (que las hay) que son “tan grandes” teniendo “tan poco”, que no es que “den”, es que “se dan”. Tan pobres, tan pobres que sólo tienen tiempo. Tiempo que, incluso, lo entregan en un voluntariado gratificante. “Hombres pobres”, no “pobres hombres”. Que no podrán ir al Caribe geográfico, pero que moran en el Caribe de la vida personal. Que viven en el umbral de la pobreza pero que habitan y nadan en esa riqueza que no se ve, la riqueza cordial. Personas todo terreno, pero que no tienen ni para comprarse una bicicleta de 2ª mano en el mercadillo del barrio.

¿Y los BANCOS DE TIEMPO?

Y todo gratuitamente

Con el dinero tú podrías comprar el alimento que quisieras o que pudieras pagar, pero cuando te dan un tomate, éste es sólo tomate. O lo tomas o lo dejas.
Cuando nosotros hemos abandonado las colas en sus Bancos, los banqueros están haciendo cola en el Gobierno.

Mientras nosotros acudimos a esos otros Bancos en los que ingresar vida, los Banqueros acuden al Poder para que les inyecten dinero, ellos, que nos han chupado la sangre jugando, con nuestros pequeños ahorros, en fondos tan superficiales, tan etéreos, tan gaseosos, tan especulativos, tan no reales, que ante la menor brisa de aire se han volatilizado.

¡La madre que los parió¡

¡Que resucite Gila y nos explique, con su cara de circunstancias, la actual circunstancia inexplicable!


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