sábado, 17 de diciembre de 2016

ACOMPAÑANDO A J.L. SAMPEDRO (LA FELICIDAD 4-1)



LA FELICIDAD (1)

Una vez tuve ocasión de acudir a una reunión a la que asistió Miguel de la Cuadra Salcedo, un hombre que ha viajado por todas las partes. Entre otras cosas le pregunté cuáles eran los pueblos más felices de cuantos había visto por el mundo. Me dio dos nombres que a mí no se me hubieran ocurrido: uno, los beduinos del desierto de Arabia; otro, los esquimales de Groenlandia. ¡Pensar que en dos climas tan difíciles como el desierto árabe y el de quienes viven en casas de hielo con pieles, como hacen los esquimales haya podido haber felicidad!. Pues la hay.
En otra ocasión leí un estudio de un antropólogo que trabajó con los bosquimanos en el Sur de África. Por cierto, creo que el progreso los ha echado de su territorio. Decía que se hallaban entre las gentes más felices del mundo y que, con un poco de trabajo y de recolección de frutos vivían tranquilamente y no querían más
Hay culturas enteras cuyo objetivo principal no es el beneficio económico”

Querido maestro, esa es la puesta en práctica de cierta filosofía griega (aunque los bosquimanos no la conocieran)

Ser y obrar filosóficamente y sin saberlo.

“La felicidad no es satisfacer los deseos, porque uno puede tener deseos equivocados (como cuando uno se equivoca de camino, no es feliz en su equivocación, hay que hacerle ver que está equivocado para que dé marcha atrás). ¿Cuál es la felicidad del niño ante una bolsa de dos kilos de caramelos?. ¿No hace bien el padre/la madre prohibiéndoselo?. ¿Es que los padres no quieren que su hijo sea feliz?. No. Es que el niño está equivocado. Entonces o reconoce su error o se le quita la bolsa.

Maestro: algunos filósofos griegos distinguieron tres tipos de deseos, que nunca deberíamos olvidar:

1.- Deseos naturales y necesarios, que debemos satisfacer para no morirnos ni para que desaparezca la especie humana. Comer, beber, vestirnos, cobijarnos, sexualidad…..porque tenemos, todos, hambre, sed, frío y calor, instintos…

2.- Deseos naturales pero no necesarios. Comer percebes, beber Ribera del Duero, un piso de 700 metros cuadrados, acostarte con Nicol Kidman (o George Cloony).

3.- Deseos ni naturales ni necesarios. Emborracharse, drogarse, comerlo todo y a cualquier hora, practicar el sillón bol…..

Apúntate a los segundos y terceros y tienes todos los boletos para no ser feliz.


Sus bosquimanos, maestro, apostaron a lo seguro: a los deseos naturales y necesarios.

Porque a uno le puede gustar el mar o le puede gustar más la montaña, hacer rutas de alta, media o baja dificultad, andar o pasear, la primavera o el otoño, la nieve o la playa. Es el perspectivismo, es el punto de vista, que es personal e intransferible. Uno saca felicidad, es feliz haciendo eso que le gusta (y que no le es perjudicial).

El tema de la felicidad ha sido, es y será una cuestión siempre abierta. Es como el pico de una montaña, al que todos tendemos pero por caminos distintos, porque tenemos versiones y visiones distintas.

Ni los que llevan el mismo sendero van al mismo paso, ni con la misma gente, ni con el mismo entusiasmo.

La felicidad no debe buscarse directamente, porque no existe en ningún lugar, no es algo abstracto. La felicidad, ya les he dicho antes, tiene que acompañar a alguna actividad.

Sólo son verdaderamente felices quienes dedican su vida al servicio de un logro, de una meta, de un proyecto,.. pero no querer ser feliz cuando se llegue y se cumpla, sino mientras se va.

El llegar es la culminación del ir.


Pero la felicidad debe ir de la mano del “ir”, no del “llegar”

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