sábado, 25 de febrero de 2017

ACOMPAÑANDO A J.L. SAMPEDRO (44-3) ECONOMÍA.


Es verdad que si seguimos como hasta ahora, ordeñando la tierra y abusando del consumo de las fuentes de energía que ahora utilizamos, como éstas tienen unos límites físicos y, a este ritmo, algún día se terminarán, entonces….Además de que, por nuestro bien, debemos apostar por una economía ecológica, porque nos cargamos el planeta y en él estamos y vamos todos.
Y todos sabemos que estamos refiriéndonos a la capa de ozono, al aire, a los rayos ultravioletas, a los cánceres de piel, …

Sabemos, y lo notamos, que el aire que se respira en el centro de una gran ciudad no es el mismo que se respira en lo alto de la montaña o por un paseo marítimo.
Y si la Economía es la “ciencia de la escasez” ¿qué estamos haciendo y que deberíamos hacer?.

¿Puede seguirse manteniendo la “utilidad” (de unos pocos) como el primero y principal criterio de la economía?.
No estamos, ya, en el siglo XVIII y las sociedades humanas han cambiado mucho y si la economía es (y lo es) una ciencia social, no debe regirse por los mismos patrones por los que se rigió.

De los hechos (“siempre HA SIDO así”) no puede ni debe concluirse que DEBE SEGUIR SIENDO ASÍ, porque las sociedades han cambiado.

Con ideas e instituciones de hace 200 años no pueden afrontarse los nuevos problemas de las sociedades actuales, porque las leyes económicas “no son leyes naturales”, sino humanas y promulgadas por los hombres y no debe ser el bien individual el destinatario de las plusvalías, sino la sociedad entera.

Los cuerpos materiales siguen siendo los mismos que antes pero la Física, como ciencia que tiene como objeto el estudio de los cuerpos materiales, ha cambiado, y mucho, sus modelos teóricos.
A nadie se le ocurre, hoy, ser un newtoniano acérrimo.

¿Y las demás ciencias: la Química, la Astronomía, la Geología,…?

Los conocimientos científicos son temporales, nacen nuevos pero en sus mismas entrañas traen la fecha de caducidad, aunque no se vea bien y aparezca un tanto borrada.

¿Por qué no la Economía?

Lo triste es que la “nueva economía” es la “vieja economía” pero con Internet, lo que potencia el lucro individual sin apenas repercutir en la sociedad.

“He podido compaginar la economía con la escritura porque me considero un economista tercermundista, que estima la actividad económica como un hecho social y no únicamente técnico.
A mí lo que me importa son los comportamientos humanos. Siempre he entendido la economía como una ciencia social. No sé nada de técnicas financieras…”

Ante de que se le preguntara confesaba que, a pesar de haber estado varios años trabajando en un banco, no sabía hacer una gestión bancaria, que su misión era “redactar los informes anuales” y para eso no hacía falta saber técnicas económicas.

Y cuenta cómo, además, seguía de profesor de Economía, cita los varios libros de economía, además de artículos y trabajos de menor envergadura, que, entonces, había publicado, además de dos novelas y obras de teatro, aunque el reconocimiento literaio no le llegarían hasta mucho más tarde.

“…Reducir el tiempo a dinero…es un reduccionismo economicista absolutamente aberrante; es confundir una economía de mercado con una sociedad de mercado.
Vivimos en una sociedad que da “valor” a lo que tiene “precio”, que es la expresión poética de la diferencia entre economía y sociedad de mercado”

Y me viene a la memoria Machado: “Todo necio (o sólo el necio) confunde valor y precio” (Proverbios y Cantares)

Y Sampedro clama contra el otro dicho “el tiempo es oro”. NO. “El tiempo no es oro. El oro no vale nada. El tiempo es vida”.

La Economía está enferma de envidia de la Física. La Economía del siglo XIX envidia la gran creación newtoniana, envidia la organización planetaria de Laplace.
El universo de Newton es concebido como un reloj, absolutamente predecible…La economía envidia a la Física y de ahí empieza su aficción por las aplicaciones matemáticas, en el primer tercio del siglo XIX”

¿Pero cómo pueden matematizarse los fenómenos humanos?
Como he indicado anteriormente, la Economía parte de un supuesto: “si todo sigue igual…” Pero es que no tiene que seguir siendo igual, es que no hay leyes económicas naturales como naturales son las leyes de la Física o de la Química.

¿Cómo pueden cuantificarse las variables humanas, en sí incuantificables?. ¿Cómo puede cuantificarse la fuerza de una huelga de obreros, que incide en el economía, o la huelga de los consumidores sobre un determinado producto de una país?

Si sólo se tienen en cuenta variables cuantificables el modelo que de ello sale debe ser precioso, pero ni la sociedad tiene que adaptarse a él ni él será capaz de fotografiar la saciedad posterior.
                                                
“En economía, los que piensan como yo, los disidentes de la corriente económica actual, si queremos exponer una teoría tropezamos con los conceptos que ha elaborado la teoría anterior: la productividad, el consumo, la rentabilidad, y con eso no podemos hacer nada.

Hay que saltar por encima de eso y aprovechar otro campo. Yo, por ejemplo, me he centrado en el desarrollo económico, que tiene tantos aspectos sociales, para atacar el aspecto exclusivamente económico”

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