domingo, 7 de mayo de 2017

EROTISMO (3)



El amor es como el embarazo. O se está embarazada o no se está, pero no se está “un poquito embarazada”.
Igual ocurre con el amor. No existe el “te amo un poquito” o el “te amo demasiado”, sólo existen el “te amo” o el “no te amo”.

No hay amores mejores o peores, lo que sí hay son distintos tipos de amor.

El Erotismo.

 Pero “EL EROTISMO NOBLE”.

“L´amore mío”. Escucho, una vez más, la canción romántica de Roberto Vecchioni. (Escúchenla, ¡por favor¡).

Y, una vez más, ojeo y repaso los subrayados (casi siempre lo subrayo todo) de “El arte de amar”, del sin par Erich Fromm (Léanlo, ¡por favor¡)

EL AMOR.

(Obvio algunos tipos de amor, no por menos interesantes, sino porque no es ese mi objetivo ahora mismo).

.- El “amor materno” (ese amor incondicional, generoso y altruista. Ese darlo todo sin desear nada más que la felicidad del hijo). Al que, en otros lugares, he denominado como “amor transitivo”, que recae la acción y el efecto de amar sobre “el otro”.

.- El “amor fraternal”, el que existe entre hermanos y, por generalización, a todos los hombres (hermanos de una misma especie).

.- El “amor a sí mismo”, bien como “egoísmo” excluyente o como “narcisismo”. “Hay que ver lo que hago por ti”, “hay que ver los sacrificios que hago por ti!, “hay que ver….”
Es un amarse a sí mismo, aunque disfrazado: “hay que ver lo bueno/a que soy”, “me gusto”, “soy extraordinario/a”.
En otros lugares lo he llamado “amor reflexivo” (“me amo”, en el fondo “estoy enamorado/a de mi, de lo bueno/a que soy”).

.- El amor propio.

.- El amor a lo ajeno.

.- El amor a la patria (cartel anunciador y lema de los cuarteles).

.- El amor a la naturaleza (que más que “ecología” es “ecolatría”).

.- El amor a la Virgen del Rocío (propio de crédulos pudientes y festivos).

.- El amor a la nación (lugar donde se ha nacido y suelen estar enterrados los padres), tan propio de los nacionalistas excluyentes y alicortos de inteligencia).

.- El amor a la raza (típico de los etnocentristas y xenófobos raciales).

.- El “amor platónico” (que nada tiene que ver con el Platón real).

.- El “amor romántico”, que es un egoísmo posesivo excluyente, pero disfrazado.

.- El “amor a Dios”, como creador, padre,…. (Propio de los creyentes)
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¿“Amor” como “EROS”, como “FILIA” o como “ÁGAPE”.?

Comencemos

1.- AMOR COMO “EROS”

Se da en la fase de “enamoramiento”.
Es la pasión inicial en una relación amorosa.
Es el “flechazo”, es esa “ráfaga”, “ese zambombazo” que, después, desembocará en “filia” o en “olvido” o “o en indiferencia”, algo que pasó en la vida.
Una aventura que contar.
Un “calentón sentimental”.

¿Quién no tuvo amores de adolescencia que quedaron por el camino, como un capítulo más de nuestra biografía?.

Es la época del “contigo, pan y cebolla” y “contigo, mi vida entera y hasta debajo de un puente” mutuo.
Por ello, también se le denomina “egoísmo a dos”.

Se es capaz de poner el piso, el coche,… todas las adquisiciones conjuntas, sólo a nombre de él/ella, como si la “separación de bienes” fuese una traición al amor, una falta de confianza, porque “la equivocación, en nosotros, es imposible”.

(Recuerdo a Rocío Jurado: “se nos rompió el amor, de tanto usarlo”.

El sexo va incluido, en el mismo “kit”, pero no es imprescindible.

El “enamoramiento” es como un torrente, una riada que te arrastra y tiene mucho (o todo) que ver con la bioquímica, es la denominada “química del amor”, “estado de anestesia de los sentidos”.
La Feniletilamina (F.E.A.) es una anfetamina natural que corre por todo el cerebro, revolucionándolo y acelerándolo.

Ortega y Gasset la llama “imbecilidad transitoria”

Podría provocarse el “enamoramiento” con tal de hacer correr la F.E.A, por la corriente sanguínea.

Es un “amor de cristal”, quebradizo. Es un “arrebato”. También se lo denominaba “locura divina”. La prostitución sagrada, practicada en los templos, llegando al orgasmo o “éxtasis divino” era una manera de entrar en comunicación con Dios, al tiempo que recogían dinero para el templo.

El “Eros” surge, es, como una alucinación, que sólo ve en el otro lo que quiere ver, que no es objetivo, que sólo atiende a un platillo de la balanza.

Anhela la fusión completa y es en el sexo orgásmico donde mejor se expresa.

Es un amor exclusivo y excluyente.

Es un amor apasionado unido al deseo sensual y sexual.

Esta “aceleración amorosa” es, física/fisiológica/psicológicamente, imposible de mantener durante mucho tiempo (como pisar mi Seat Marbella e ir a 6.000 revoluciones, durante un largo trayecto. Lo quemas)

Tiene que ver con la epidermis mostrada con generosidad, distinta a la pornografía, que será sexo explícito.

Las fotografías y/o videos publicitarios están cargados de erotismo.

Confundir el coche con la belleza de turno o el desodorante con el tipo esbelto.

Atraen (la belleza y el tipo).

En una playa, en un desfile, en un gimnasio,… se pasea el erotismo. Gusta. Atrae. La imaginación se desborda.

Es un amor carnal, que entra por los ojos, que tiene que ver con la epidermis.
Nunca se enamora uno (aunque, luego, se la ame intensamente) de una persona fea, horrible, poco agraciada, repelente.

No puede haber pasión donde no hay atracción.
Hay mucho de física y de química, reactivos de la pasión carnal.

Es ese fuego intenso, esas “cosquillas en el estómago”.

(Aunque también podríamos hablar de ese “erotismo sublimado” de un San Juan de la Cruz o de una Santa Teresa de Jesús, en esos “enamoramientos divinos”, donde el “éxtasis” y el “orgasmo” se abrazan. Es el “amor místico”).

Freud reduce el “amor” a “Eros” y “Eros” a “libido” = pura pulsión sexual. Puro erotismo como satisfacción del instinto sexual.
Ese erotismo que se practicaba en los desenfrenados cultos dionisíacos.

Igualmente, suele distinguirse entre el “Eros vulgar”, el de la gente normal y corriente, el “erotismo carnal” y el “Eros noble”, el de Platón, como “amor a la belleza, al Bien,…a las Ideas (el “amor platónico”).

Para este amor erótico no hace falta Dios, más impedimento que ayuda, sobre todo por la interpretación de la sexualidad que la Iglesia ha defendido durante “toda” la historia.


Incluso hay quien distingue entre el “Eros frío”, el que se practica “con la cabeza”, que controla fríamente, (como el del Kamasutra), y el “Eros caliente”, el que se practica con “el corazón”, y que es un arrebato incontrolado, un “rapidillo”.

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