miércoles, 8 de noviembre de 2017

OVIDIO. "ARS AMANDI" (EL ARTE DE AMAR) (y 2)


Si hoy está prohibido “hacer el amor” en lugares públicos, a la vista de la gente, y sobre todo de los niños…los romanos tenían tres prohibiciones:
1.- No se puede hacer el amor antes del anochecer (hacerlo durante el día es un privilegio sólo de los recién casados)
2.- No se puede hacer el amor desnudo (sólo las prostitutas pueden hacerlo sin sujetador o sostén)
3.- Los tocamientos nos se pueden hacer con la mano derecha (que es la mano de comer), sólo con la izquierda (que es la mano pecaminosa).

Y donde no puede llegar la mano llega la voz, si no se puede tocar si se puede piropear, halagar, exagerar las virtudes y cualidades (lo que siempre ha sido una estrategia para el ligue y primer contacto (lo que, uno como yo, estará condenado al mayor fracaso)

Un buen introito para llegar a ser amante es llegar a ser, previamente, amigos. El paso de uno otro es más fácil.

A Ovidio le ayudó, y mucho, dedicarse a la poesía (fue en su tiempo el mayor poeta vivo, nadie le hacía sombra) en vez de estudiar leyes, como quería su padre.

¿Por qué, pues, fue desterrado a una aldea del Mar Negro?
¿Porque en su obra, El Arte de Amar, hacia publicidad, apología, del adulterio y del libertinaje?

“Si ella llora, llora tú; si ella ríe, ríe tú, aún más, si juegas con ella, déjate ganar, hazle regalos, aunque no sean caros, pero que sean de su gusto, si ella…..tú….”
Hay que hacerle la rosca para conquistarla y poder llevársela a la cama.

“Hasta el amor se consigue a fuerza de oro”.

Si un muchacho de gente bien es un inútil y para nada vale, que entre en la carrera militar.

Un buen truco, también –dice Ovidio- es alejarte de ella con viajes, para que te eche de menos, añorando tu presencia y sufriendo con tu ausencia, pero sin retrasarse demasiado, no sea que, entre tanto, seas reemplazado por un nuevo amante.

Si sospechas de ella, disimula, para no enfrentarte de cara, no preguntes ni quieras indagar más, no tomes decisiones precipitadas.

Si los libros I y II de El Arte de Amar está dirigido a dar consejos a los jóvenes seductores, el libro III está dedicado a la mujer y cómo pueden sacar más partido a sus encantos naturales  en el juego del amor, porque se parte de la debilidad de la naturaleza de la mujer, para disimular u ocultar dicha debilidad.

Hay que ocultar a la vista del varón, las deficiencias físicas con ungüentos y afeites varios, el carmín, en los labios, el pelo limpio, cuidado, con un peinado, bien recogido, bien suelto, bien en trenza (todo depende de la forma redonda o alargada de su rostro) y, si fuera necesario, recurrir a teñirse el pelo o a pelucas (pero nunca el pelo corto), cuidado del contorno de las cejas, desodorantes de varios olores, el color blanco de la ropa sobre todo para las morenas, lo que realzará su belleza, collares, gargantillas, anillos, brazaletes, pendientes,….

Todo vale para que el varón “pique” aunque se crea que él ha sido el pescador, porque, en realidad, ha sido pescado.

Era de esperar que los Santos Padres de la Iglesia pusieran el grito en el cielo y consideraran todo lo anterior como “diabólico”, porque sería una intervención en el orden divino, un oponerse a Dios, un corregir a Dios y su orden, su cosmos (“cosmética” viene de “cosmos”, “orden”).
La cosmética es la introducción del desorden en el orden divino, una bofetada a la obra de Dios.

Donde más y mejor se “liga” es en las grandes concentraciones, deportivas o festivas.

Incluso en la mesa, hay que “saber comer”.

Sólo en la última página del libro, como si fuera lo que más le avergonzase (y, seguramente, es verdad) trata de las posturas o posiciones sexuales en la cama.
Si ella tiene la cara bonita que solicite el cara a cara, la postura “del misionero” (diríamos hoy), para que él la contemple.
Si ella, por el contrario, es de rostro poco agraciado, que le dé la espalda al varón, la postura “del perro”.
Si ella es alta… si ella es baja…si ella es obesa…si ella es delgada,….
Porque es él el activo, el que lleva las riendas, la batuta de la situación en que se encuentra.

Todas las formas o posturas o posiciones sexuales son válidas aunque la más fácil y la menos trabajosa es la “de lado”, acostarse tendida sobre el lado derecho.


Todos los amantes podrán decir que tuvieron a Ovidio por maestro.

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