viernes, 29 de diciembre de 2017

14.- LA MUJER EN EL FRANQUISMO: LA MUJER TRABAJADORA Y EL TERCER SEXO ( y 2)

Los seguidores de la teoría de Marañón afirman: “parece evidente que, en los mamíferos, la sexualidad evoluciona desde el sexo femenino al masculino, por lo que, en un sentido biológico, éste parece estar más diferenciado (…) en las sociedades modernas vemos cómo hay un “andromimetismo” de la mujer, en cuya virtud trata de imitar al varón en sus manifestaciones biológicas y sociales”

Los opuestos al “marañonismo” subrayan que “el arquetipo del “homo sapiens” es una mujer a la que se le otorgó un noble servidor de actuación ocasional y fugaz para perpetuarse.

“Hay que admitir, pues, que en la ontogenia humana el sexo femenino es de término, y el masculino una interferencia (…) la mujer es una máquina más perfecta que el varón, por lo que puede cumplir los dos destinos fundamentales de la especie: trabajar (para vivir) y parir (para que la especie siga viva).

La pregunta vendría ahora: ¿Por qué si la mujer es, biológicamente, superior al varón, la legislación española la considera jurídicamente inferior (como en otros lugares hemos expuesto)?

Ser “trabajadora” y poder seguir siendo “madre” versus sólo “trabajador”.

Parece como si Dios, el sexto día, al crear al hombre, le salió imperfecto (porque se le quejaba de que, en oposición a los animales, emparejados, él se encontraba solo).
Y al ser consciente Dios de que era verdad formó a la mujer pero superior al varón, teniendo en cuenta los defectos de éste para no volver a cometer, de nuevo, el error.


Al “tú trabajarás con el sudor de…” y “tú parirás con dolor…” la mujer se habría rebelado (podía trabajar y seguir siendo madre) por lo que esa osadía de echar en cara a Dios su nuevo error sería la causa de la expulsión del paraíso.

La teoría del “tercer sexo” de Marañón, reconoce a la mujer como un ser imperfecto, a medio camino entre el niño-varón y el adulto-varón, y cuya hipersexualidad anormal, típica de la sociedad moderna, puede acarrear la destrucción de la humanidad.

Según Marañón el varón, para pasar de niño a hombre tiene que atravesar una “etapa transitoria de feminidad” mientras que la mujer recorre la “etapa de masculinidad al terminar su vida sexual (la menopausia)

Tendencia de la mujer a la masculinización, un tipo de mujer, pues, “viriloide”, típica de nuestra sociedad moderna.

“Son mujeres con rasgos viriloides acusados. Fuertes y enérgicas, de tipo longilíneo y anguloso, con escaso panículo, y éste, de reparto viril. (…) Este tipo abunda sobremanera entre las mujeres que eligen profesiones propias del sexo masculino, y entre las deportistas. Es el tipo que tiende a exaltar la mujer moderna. Deportiva, camarada del hombre, esbelta y ágil, ancha de hombros y estrecha de caderas es, en realidad, un tipo “intersexual”. Y eso es un peligro biológico contra el que todos debemos estar alerta”

¿Cuál sea la base científica para afirmaciones tales? No existen.

¿También van a quedarse sin pechos como justo castigo a su virilización social y a su trabajo fuera de casa, abandonando, prácticamente, la lactancia, lo que llevaría a una atrofia de un órgano, por su no uso, convirtiéndolo en inservible, por lo que el homo sapiens dejaría de pertenecer al orden de los mamíferos?

¿Qué salida queda a este problema vigente actualmente? Volver al segundo sexo, a la casa, al hogar, a “sus labores”, al complemento del varón, al descanso del guerrero, a quedarse embarazada,…


“¿Qué vale más: ser miembro anónimo, aunque útil, de la sociedad o ser cabeza de familia?” – He ahí el dilema.

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