lunes, 18 de diciembre de 2017

7.- LA MUJER EN EL FRANQUISMO: LA MUJER FRÍGIDA (y 2)

En su relación sexual, dejándose llevar, no debe ser ni mostrarse como un témpano y, si no siente el goce, al menos debe fingirlo, lo que aumentaría el goce sexual del marido.

Y aunque algún ginecólogo haga notar que en la mujer el placer y el deseo sexual es más fuerte que en el varón, conlleva la alegría de “poder satisfacer al varón al que ama”.

Es más, si la educación, la sociedad con sus prejuicios y la religión, no fueran un constante freno para la mujer, ésta llegaría, en lo sexual, a extremos insospechados hasta ahora por el varón.
Opinión minoritaria y, en el fondo, despectiva.

La ideología dominantes es que la mujer es fría, frígida, por naturaleza, lo que va asociado a la impotencia para la generación (o lo que es lo mismo, que el varón “debe calentarla” para que pueda generar).

Esta frigidez tiene que ver con la inmadurez de la personalidad, por lo que sólo algunas mujeres inteligentes pueden llegar a superarla con psicoterapia.

Quizá el sesgo manifiesto es que en las consultas al ginecólogo sólo acudan mujeres de clase alta, que se puedan costear la consulta, y que tengan problemas para quedarse embarazadas (“mujeres enfermas”), mientras que la gran mayoría, que se consideran “mujeres sanas”, no tengan esos problemas.

Hablar, en esta época, de inseminación artificial, es una cuestión fuera de lugar, y de tiempo, y siempre adversa.

La Iglesia Católica, única intérprete auténtica de la ley natural, ha declarado gravemente ilícita toda inseminación fuera del matrimonio” y, dentro del matrimonio sólo en forma de ayuda  después de un coito legal y con reservas morales.

¿Y el orgasmo femenino?

López Ibor afirma que “un 80% de la mujeres casadas no llegan al orgasmo por el coito marital”
(Curiosa afirmación: (¿las solteras sí?, ¿y las casadas con un coito extramarital?)

Aunque, según él, es posible que llegue al orgasmo por masturbación.
Aunque la estimulación del clítoris se relaciona con la masturbación y es contemplada como una fuente de “funestas consecuencias patológicas”.

Al referirse al orgasmo siempre (o casi siempre) se refiere al “orgasmo vaginal”, no al “orgasmo clitorídeo”.
Incluso llegar al orgasmo clitorídeo suele llamársele “frigidez relativa”

Esta insistencia en que el único y auténtico orgasmo es el “orgasmo vaginal” y etiquetando de “frígidas” a las que no lo alcanzan estaba ya rebatido por el Informe Kinsey, en 1.953, pero en España ese informe era una “americanada” al que no había que hacerle el menor caso.

Y es que el orgasmo no es una experiencia mística, sino una experiencia física que no debe ser sobrenaturalizado, lo que supondría esconderlo y disfrazarlo en forma conservadora.

Y si “sexualidad” va unido a “capacidad de engendrar”, la llegada de la menopausia es el final de trayecto de las relaciones sexuales activas.

La menopausia no sólo es el final de la etapa reproductiva y de las relaciones sexuales activas, sino una etapa negativa, generadora de múltiples enfermedades y dolencias.


Y una mujer menopáusica que practique sexo para alcanzar el orgasmo, sabiendo ya que no va a quedar embarazada, es una “auténtica degenerada y viciosa”.

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