lunes, 26 de febrero de 2018

40.- ENCANTO DE LA JUBILACIÓN (3) (EL DECÁLOGO)


Vamos a pensar con la cabeza.

Dios nos dio 10 mandamientos para que los cumpliéramos y, así, poder entrar en el reino de los cielos.

Como yo sólo soy un hombre, os voy a dar 10 consejos para que podáis ser reyes en la tierra.

1.-Los números no esenciales tienes que tirarlos a la basura.
Y cuando hablo de números esenciales, hablo de los números de la edad, del peso, de la altura, de la glucosa o del colesterol. Deje que sus médicos se preocupen de “sus” números.
Para eso les paga Ud., para que se preocupen por sus números.
Ud. cumple las prescripciones y se olvide de los números.

2.-Mantenga sólo a los amigos alegres.
Un gruñón, un criticón, un “avinagrao” nunca puede ser un amigo.
Échese amigos optimistas, simpáticos, sonrientes, chistosos.
Páseselo bien cuando esté con ellos y recordando los buenos momentos cuando esté solo.
Unas cañas, un paseo, una excursión, una tertulia,….todo eso.

3.- Manténgase siempre aprendiendo.
Aprenda informática, jardinería o artesanía.
Aprenda a hacer sudokus, sopa de letras o crucigramas.
Lea y reflexione sobre lo que lee.
Escriba sus reflexiones y mándeselas a un amigo por correo electrónico.
Entre por internet en las revistas que le interesen, en los artículos o editoriales que desee.
Pero siempre con el motor del aprendizaje encendido.
Es la Gimnasia Mental que decíamos antes. Gimnasia continua, aunque no sea muy intensa. No hay que dar acelerones mentales. Recuerda siempre que un cerebro vago, un cerebro holgazán, un cerebro apagado, es el lugar ideal para habitarlo el diablo.
Y a nuestra edad, el diablo tiene un nombre. Pero hay que declarar persona “non grata” al señor ese alemán (de cuyo nombre no quiero acordarme aunque sí que me acuerdo).

4.- Disfruta de las cosas sencillas, de las cosas pequeñas, que, además, suelen ser gratis.
Un paseo tranquilo respirando a fondo. Ese banco a la sombra viendo pasar a la gente o jugando a unos niños, oyendo a los pájaros, oliendo a pino, saboreando un helado.
Y todo parsimoniosamente. Sin prisas. Tranquilo. Con los cinco sentidos alerta y funcionando. Charlando con tu pareja y/o con tus amigos. Ojeando la prensa gratuita. 
Cosas y situaciones que las tienes a mano. Soltando, para tus adentros, un ¡joer¡ ante esa belleza escultural que se acerca, que llega y que pasa.
Los ángeles existen y, de cuando en cuando, pasean por la tierra.

5.- Ría. Ría mucho. Ría a menudo, sin cortarse. Ríase del mundo, poniéndoselo por montera. Ríase de los políticos y de los banqueros. Ríase de los precios de las angulas. Ríase de los sueldos escandalosos de los ejecutivos. Ríase de los que compran  sin necesidad y de los que venden por interés. Ríase del precio de un cafelito o de una caña por estar sentado en una terraza. Ríase de la televisión y de sus horteros programas. Ríanse, por favor, por lo que sea o de lo que sea, pero ríanse. Ríanse  de todo lo que yo estoy diciendo (¡ya veo que no se ríen). Ría hasta atragantarse. La risa es el abono, el fertilizante de la vida.

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